Las autoridades de la ciudad de Anyang, en la provincia central de Henan, anunciaron la medida, cuando ordenaron a los residentes permanecer en casa y no circular en vehículos particulares
China confinó este martes a los más de 5 millones de habitantes de una tercera ciudad para contener un brote de la variante Ómicron del coronavirus, informó la prensa estatal, en el segundo aniversario de la primera muerte por Covid-19 en el país y el mundo.
Las autoridades de la ciudad de Anyang, en la provincia central de Henan, anunciaron la medida la noche del lunes, cuando ordenaron a los residentes permanecer en casa y no circular en vehículos particulares, informó la agencia estatal Xinhua.
Anyang se suma así al millón de personas confinadas desde la semana pasada en Yuzhou, en la misma provincia, y a los 13 millones de habitantes de la ciudad histórica de Xi’an, también en le centro de China, que entró en su tercera semana de encierro.
En otras partes del país, Tianjin, una norteña ciudad portuaria a 150 kilómetros de Beijing, prohibió la salida de sus habitantes sin permiso de las autoridades y ordenó realizar pruebas a sus 14 millones de residentes, también por casos de Ómicron.
Todos los comercios no esenciales fueron cerrados en Anyang y se implementó un programa de test masivos «para responder a la severa situación de control epidémico y evitar estrictamente la propagación del brote del virus Ómicron», publicó Xinhua.
Los casos de Anyang están vinculados a un foco contagioso en la ciudad norteña de Tianjin, a 400 kilómetros de distancia.
La cadena estatal CCTV reportó este martes 58 casos nuevos en Anyang, aunque no quedó claro cuántos de ellos están asociados a la variante Ómicron. El total de contagios en la ciudad subió a 84 desde el sábado.
Anyang ya había restringido los viajes fuera de sus límites, que según las autoridades era para «asegurar que el brote no se propague» a zonas circundantes.
China, que en la primera mitad de 2020 ya había controlado en gran parte el virus aparecido en diciembre de 2019 en su ciudad central de Wuhan, sigue una política de tolerancia cero con el coronavirus basada en cierres, restricciones fronterizas y cuarentenas prolongadas.
Su estrategia se vio presionada por el brote en Xi’an, el más grande del país desde marzo de 2020, y por la aparición de la variante Ómicron.
Las autoridades están particularmente en alerta al acercarse los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing, del 4 al 20 de febrero.
Desde el 11 de enero de 2020, cuando hace dos años la enfermedad aún sin nombre específico se cobraba su primera víctima mortal en Wuhan, la Covid-19 provocó 5,5 millones de muertos en el mundo, que sigue imponiendo restricciones.