Los legisladores ya aprobaron la reforma que permite convocar un plebiscito para una nueva Carta Magna
Los legisladores ya aprobaron la reforma que permite convocar un plebiscito para una nueva Carta Magna
Barricadas, enfrentamientos y protestas se produjeron en la noche del miércoles en varias ciudades de Chile luego de que los diputados aprobaran la reforma constitucional que permite convocar un plebiscito para una nueva Carta Magna, pero que excluyó cuotas de género, pueblos originarios e independientes entre los constituyentes, tal como exigen varios sectores.
Barricadas en el barrio capitalino de Ñuñoa; incidentes en la ciudades norteñas de Iquique y Antofagasta, además de la sureña Concepción y enfrentamientos en Valparaíso, donde está emplazada la sede del Congreso Nacional chileno, fueron la respuesta de las calles al voto de los legisladores frente a un acuerdo que aún es percibido por varios sectores como «cupular».
Pocas horas antes, con 127 votos a favor, 18 en contra y 5 abstenciones, los parlamentarios habían aprobado la reforma al capítulo XV de la Constitución, que permite el llamado al plebiscito y la realización del proceso constituyente para una nueva Carta magna, pero sin las indicaciones de la comisión de Constitución sobre paridad de género, cupos para pueblos originarios e independientes.
Las manifestaciones en Valparaíso se produjeron en la Avenida Argentina, en las inmediaciones del Congreso, donde cientos de manifestantes levantaron barricadas y se enfrentaron a las fuerzas especiales de la policía, que respondió con carros hidrantes y lacrimógenas. Los incidentes a lo largo de varias de las más importantes ciudades del país culminaron con un ensordecedor cacerolazo, según informó el portal de noticias Cooperativa.
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El «Acuerdo por la paz y una nueva constitución», firmado por varios partidos políticos hace poco más de un mes es la respuesta política al estallido social chileno iniciado el 18 de octubre por el aumento del transporte, con demandas en principio difusas y que creció exponencialmente y centrándose en la exigencia de una carta magna como requisito para modificar desde sus raíces el modelo institucional chileno.
Los sectores más radicalizados de este movimiento rechazan varios de los puntos alcanzados por la comisión técnica que negocia la hoja de ruta de la Nueva Constitución, entre ellas los altos quórum necesarios para avanzar en la Carta Magna. El miércoles, luego de la aprobación en Diputados, y mientras las calles mostraban su descontento, la comisión de Constitución del Senado comenzó a tramitar la reforma para que sea votada este mismo jueves, y de paso reintegró las tres indicaciones que habían sido rechazadas por los diputados sobre género y escaños reservados.
Desde la oposición reconocieron las dificultades que tendrán para logar los 2/3 que requiere cada norma para ser aprobada, por lo que vislumbran que se repetirá lo ocurrido en la Cámara Baja.