Opinión

Charla de Candi: el show, la vida, debe continuar a pesar de los virus


Por Candi

El Show debe continuar, es un canto a la vida, un cachetazo a la impertinente, incomprensible y a menudo injusta muerte. Es, mi querido amigo Inocencio, (y creo no equivocarme en lo que expreso) la melodía que con más fuerza y sentimiento cantó Freddie Mercury, quien para el momento de la grabación de la pieza sabía que su final era pronto e inevitable a causa del virus del VIH.

-Vale aclarar, Candi, que la canción fue compuesta por el guitarrista de Queen, Brian May, y el lanzamiento del disco se produjo un mes ante de la muerte del genio de la voz, de ese gran cantante siempre recordado. Escuchar esta melodía emociona.

-Sí, emociona, especialmente en estos días en los que otro virus le da vida a la muerte (valga este antitético giro). Muerte como siempre incomprensible, pero a veces tremendamente injusta. Miles de personas han muerto en nuestro país en los últimos meses, cientos de miles en el mundo, algunas jóvenes, muy jóvenes, otras no tanto; pero todas, sin dudas, cuando aún tenían tanto para dar; porque el ser humano, amigo mío, siempre tiene algo bueno para ofrecer a la creación.

-Y mientras tanto esta tragedia ocurre, mientras tanta buena gente se nos va, algunos pérfidos seguidores del diablo, imbéciles de toda laya, grotescos personajes disputadores de poder, andan por este campo de concentración en el que se ha convertido todo, peleándose, asestándose golpes, con el afán sacrílego de tomar un trozo de poder ¿No es imperdonable?

-Todo ello, Candi, mientras observamos en el escenario de la vida cotidiana tanta desgracia. Desgracia que no es solo efecto de este maldito virus, sino de tanta injusticia social que está demás describir, porque todos sabemos que aberraciones le dan existencia.

-Pero a pesar de este sufrimiento, de estas muertes, de esos seres a los que hoy homenajeamos, que injustamente se nos van temprano y a veces sin haber finalizado su tarea en este mundo, debemos continuar. Continuar, incluso, a pesar de este virus, de estos “falsos y fatuos profetas” de diversa bandera enfrentados por la vanidad del poder, como si la muerte no fuera a tocarles, como si no fueran a parar, finalmente, a la fosa donde no hay poder, ni riquezas, ni gloria, ni nada.

– “Por dentro mi corazón se está rompiendo, mi maquillaje puede estar descascarándose, pero mi sonrisa aún está”. Sí, la vida debe continuar, Candi, sería una falta de respeto, una traición a nuestros muertos no continuar. Continuar para cambiar esto que puede ser cambiado y que cambiará alguna vez no obstante este virus y esos otros con diversa fisonomía y un mismo fin, que se visten de células benignas, pero que nos arrastran al abismo del sufrimiento.