El mítico bowling 10 de Córdoba y Maipú cerró y seis trabajadores fueron despedidos. El dueño del lugar falleció y su hija decidió no continuar con el negocio, por lo que envió los telegramas a los empleados del lugar.
El emprendimiento de Genadio Diez dejó así de funcionar, tras la muerte del hombre. La hija no quiso hacerse cargo con el bowling, un lugar ya tradicional en la peatonal rosarina para grandes y chicos, y los trabajadores quedaron en la calle.
La secretaria del Sindicato de Trabajadores del Espectáculo Público (Sutep), Marta Sánchez, explicó en La Ocho que el cierre no está relacionado con «la crisis económica» sino con la decisión de la mujer.
«Lamentablemente la semana pasada este hombre (el dueño del lugar) falleció y se dispuso cinco días de duelo, pero ya el local no abrió, se cambió la cerradura y se dejó a los trabajadores afuera», describió la dirigente.
El sindicato trabajó en negociar la salida de los empleados y el pago correspondiente por el despido. Todos ellos tenían muchos años de antigüedad, y se sorprendieron por el telegrama de despido. «En el mismo decía del pago de indemnización del 50% y estamos en conversaciones para que se revierta esta medida», agregó.
«Lo que pretende la dueña es conseguir un buen negocio inmobiliario ya que es propietaria del inmueble y dejar a los trabajadores semiculposos de su manejo empresario», explicó.