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Centro Comunitario de zona oeste derivó en olla popular para poder ayudar en pandemia


El Centro Comunitario “El Buen Vivir”, de Maradona 6237, con la llegada de la pandemia tuvo que modificar su funcionamiento como espacio de capacitación para ayudar a las familias del barrio con una olla popular

Por Diego Carballido

La declaración de la pandemia, con su posterior aislamiento, produjo que muchos espacios sociales en los barrios tuvieran que buscar alternativas para continuar con su función y así seguir formando parte de la vida de los vecinos.

Fue lo que ocurrió con el Centro Comunitario «Por el Buen Vivir», ubicado en Maradona 6237, donde asisten mayormente familias integrantes de la comunidad Toba. Un espacio que nació como un lugar donde los jóvenes del barrio se podían capacitar para obtener un oficio y que, frente a las necesidades que fueron en aumento a lo largo de estos meses de cuarentena, tuvo que conformarse como una olla popular para poder llevar un plato de comida a quienes más lo necesitan.

Romina Naporichi es una de las referentes del Centro Comunitario y en diálogo con CLG contó acerca de la realidad que les toca atravesar. “Nuestro espacio está en la zona de Ruillón al fondo, conocido como barrio Toba, pero que a su vez está divido en 17 sectores”, detalló Naporichi.

«El Centro Comunitario fue pensado como un proyecto destinado a los jóvenes que ya veníamos trabajando en el barrio y que teníamos la iniciativa de hacer algo por la comunidad. La idea era conformarnos como una asociación civil con personería jurídica, y nos agarró la pandemia justo cuando estábamos a punto de hacerlo”, compartió la referente de El Buen Vivir y agregó: «Durante la pandemia, empezamos a ver que aumentaban las necesidades de las familias, ya que muchas no tenían para comer porque son personas que salen normalmente a changuear. Por eso decidimos organizar una olla popular».

Desde finales de abril comenzaron a cocinar con las donaciones que fueron recaudando de diferentes movimientos sociales y organizaciones que realizaron su aporte para que unas 130 familias pudieran comenzar a recibir su ración comida, en su mayoría cada familia con 5 o 6 integrantes.

«Veníamos cocinando tres veces a la semana hasta que nos quedamos sin nada, hace unas semanas atrás, y también porque se complicó la situación de los contagios», contó Naporichi y continuó: «Para cuidarnos, dejamos de cocinar unos días, pero a través del contacto con los centros de salud del barrio, decidimos retomar nuevamente. Donde hasta le estamos haciendo llegar alimentos a las familias que están asiladas, con todos los protocolos y mucho cuidado»

El Centro Comunitario El Buen Vivir fue pensado como lugar para capacitar en peluquería, costurera y otros oficios, para que los jóvenes de este “puedan salir adelante”. “Sigue siendo la idea del Centro, pero surgió el armado de la olla porque veíamos que había mucha necesidad», aclaró Naporichi.

Para continuar con la tarea solidaria, la referente de El Buen Vivir apela a la colaboración de todos aquellos que tengan la posibilidad de ayuda con alguna de las tantas cuestiones que se necesitan entre las familias de este barrio. «Hacen falta productos de limpieza y de protección, porque salimos a recorrer y hacemos llegar bolsones a los adultos mayores, pero también verduras y alimentos no perecedero», compartió Naporichi y agregó: «Nosotros tenemos todos los cuidados, pero el trabajo en una olla popular es estar en contacto con la gente y siempre hay miedo al contagio».

Volvemos a Activar Nuevamente…en El Barrioo ,En el Centro comunitario solo Los Miercoles aremos la olla ,Ya que la…

Publicado por Centro Comunitario Por el Buen vivir en Martes, 8 de septiembre de 2020

Sobre el final, Naporichi adelantó los detalles del lanzamiento de un proyecto, del cual el Centro Comunitario forma parte, donde a través de una plataforma digital se podrá acceder a una gran cantidad de creaciones artesanales realizadas por mujeres integrantes de comunidades originarias de todo el país. «Formamos parte de un proyecto con el movimiento de mujeres indígenas por el buen vivir, una organización que abarca a todo el país compuesto por 36 movimientos indígenas, en donde vamos a sacar una plataforma online para que cada nación indígena que tenga hermanas artesanas va a poder dar a conocer sus productos a través de esa plataforma», dijo Naporichi.