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Opinión Quique

Central y la dupla Vecchio-Ruben: ilusionarse está permitido


Por Enrique Genovar

Por Enrique Genovar

El hincha de Central tras lo que fue el cierre de la temporada tuvo una alegría: el regreso de Marco Ruben. El delantero decidió salir del modo pausa para ponerse nuevamente los botines. Y más allá de que al plantel aún le quedan lugares por llenar, el simpatizante auriazul se puede ilusionar con la dupla Vecchio-Ruben.

Hace mucho tiempo que Central no tenía un número diez de las características del ex Bolívar. Vecchio fue uno de los mejores jugadores que tuvo el torneo que pasó, hizo goles, dio asistencias y mantuvo casi siempre el mismo nivel. Pero aparte de todo esto le dio algo a Central que hacía mucho que no tenía: la gambeta hacia adelante, el pase entre líneas y la pelota parada.

Si algo le faltó a Vecchio fue un socio. Es que los juveniles en el medio alternaron buenas y malas y por momentos estuvo muy solo a la hora de la generación de juego. Más allá de esto, el diez se las ingenió para asistir, especialmente, a Gamba y a Marinelli.

Ahora, ¿alguien puede imaginar lo que podría llegar a dar la dupla Vecchio-Ruben? Si bien es cierto que jugaron muy poco tiempo juntos, son dos jugadores que pueden encajar perfectamente, que se pueden retroalimentar.

En etapas anteriores del delantero en el club hubo muchos partidos donde no lo abastecían. Esto no solo atentaba contra su capacidad goleadora, sino que además iba en contra de todo el equipo. Es que Ruben debía retroceder en el campo de juego para hacerse de la pelota y si bien el buen trato estaba asegurado el equipo quedaba sin potencia goleadora en el arco de enfrente. Con Vecchio en cancha Marco no se tendría que mover del área y tendría asegurada una buena cantidad de pelotas por partido.

El hincha de Central se puede ilusionar. Las diferencias que algunas ves tuvieron Vecchio y Ruben ya no están, quedaron en el pasado. Los dos tuvieron un gran gesto en ponerse de acuerdo y ubicar a Central por encima de todo. Ambos ya comenzaron a prepararse de cara a lo que vendrá y si bien es poco el tiempo que hay, los buenos jugadores suelen entenderse en muy pocos entrenamientos.