Por Enrique Genovar
Sólo dos equipos juegan una final. Este jueves Central estará en un lugar de privilegio. Es que el Canalla está ante la gran posibilidad de sumar un nuevo título. Y en medio de un semestre para el olvido, este hecho debe ser considerado como un orgullo. Claro que el rival es complicado, por lo que representa Boca en el fútbol argentino. Pero la ilusión de poder volver a gritar campeón en 5 meses de lo que fue la obtención de la Copa Argentina está.
Esta definición hace poco que se implementó. Chocan los dos equipos que ganaron algo a nivel local el año pasado y Central es uno de ellos. Tal vez la expectativa no es como la que había en la previa de jugar la definición ante Gimnasia del pasado mes de diciembre, pero esto se nivela con las ganas de ver en el piso a Boca.
Aquella final de 2015 ante el rival del jueves aún está en la retina de los hinchas canallas. Si bien el título conseguido hace poco menos de 5 meses trajo alivio después de muchos años de sequía, poder tomarse revancha del Xeneize es sin duda una gran sensación que tienen los simpatizantes canallas.
El pésimo y tendencioso arbitraje de Diego Ceballlos; la falta afuera del área que el juez marcó adentro, el gol de Ruben que no fue cobrado por posición adelantada, el gol que marcó Chávez estando en un lugar inhabilitado, la infracción de Cata Díaz dentro del área. Todos esos recuerdos, cada vez que el rival es Boca, siempre salen a la luz.
Los hinchas quieren “venganza deportiva”, pero más allá de toda sensación generada por esos malos recuerdos que se dieron en Córdoba el pueblo canalla debe estar orgulloso de poder volver a jugar una final en 5 meses.