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Cecilia Carranza: «En pandemia nos fortalecimos y crecimos como equipo»


La rosarina, ganadora de la medalla de oro junto a Santiago Lange en Río 2016, analizó la preparación previa a los Juegos Olímpicos de Tokio

La rosarina Cecilia Carranza Saroli, ganadora de la medalla de oro en la clase Nacra 17 de vela junto con Santiago Lange en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, aseguró que el equipo argentino «se fortaleció en la pandemia» y calificó de «honor enorme» que hayan sido elegidos como los abanderados de la delegación nacional en la ceremonia de apertura de Tokio 2020.

«Nos fortalecimos y crecimos como equipo. Pero hubo momentos complejos», aseguró Carranza Saroli en diálogo con Télam.

Carranza Saroli y Lange compitieron, además, en cuatro mundiales de la Clase Nacra 17: España, 2014 (segundos); Francia 2017 (13ros.), Aarhus, Dinamarca, 2018 (terceros) y Geelong, Australia 2020, (décimos).

La dupla albiceleste logró su clasificación a los Juegos Olímpicos Tokio 2020 en el Mundial de Aarhus, Dinamarca, de agosto de 2018, en el que terminó tercera.

Las pruebas de vela de las diez clases olímpicas se disputarán, entre el 15 de julio y el 4 de agosto, en Enoshima, en seis canchas de regatas (Enoshima, Kamakura, Zushi, Fujisawa, Sagami y Hayama).

En la clase Nacra 17 están previstas doce pruebas en la fase clasificatoria y una medal race, regata definitoria y de valor doble que disputarán los diez mejores de la fase regular.

—¿Cómo fue tu experiencia en esta campaña olímpica atípica?

—En nuestro caso, con el diario del lunes, para nuestro equipo fue algo bueno. Nos fortalecimos y crecimos como equipo. Pero hubo momentos complejos. Para poder lograr eso, el equipo tuvo que hacer esfuerzos muy, muy importantes. Cuando empezó la pandemia en Argentina tuvimos oportunidad de entrenar muchísimo más tarde que otros países. Nuestros rivales comenzaron dos meses antes que nosotros, que solamente podíamos entrenar mentalmente en nuestras casas: estudiar desde lo teórico pero sin poder practicar nuestro deporte. Si bien fue un momento en el que pude disfrutar mucho porque hacía tiempo que no estaba en mi casa, en términos profesionales se iba complejizando más porque los rivales sumaban cada vez más horas en el agua y nosotros cada vez menos. Cuando pudimos empezar a entrenar en Argentina era invierno y eso en nuestro deporte no es lo mejor. El 4 de julio logramos viajar al exterior sin fecha de regreso, en toda esa situación de caos en la que nadie sabía que iba a pasar. Viajé a Europa y me deportaron porque no me dejaron pasar por la pandemia. A los pocos días fui por otro destino y logré entrar a Europa. Santi que tiene pasaporte europeo pudo pasar, pero yo no.

—En Japón, por primera vez en la historia de los Juegos Olímpicos, habrá un abanderado masculino y otro femenino en la Ceremonia de Apertura, ¿Qué te representa eso?

—Que me hayan elegido es un honor enorme. Cuando me enteré pasé un día muy emocionada, anduve llorisqueando todo el día. Me lo pude permitir porque justó ese día viajábamos no entrenábamos. Tengo respeto y admiración por todos mis compañeros de equipo; por toda la delegación, oficiales, dirigentes y que hoy me toque ese rol es un honor enorme. Es un rol que siempre miré con mucha admiración y respeto. Vivirlo en este momento tan especial es un privilegio muy grande. También que el COI está tomando tantas políticas por la igualdad de género: es el primer juego que habrá dos abanderados. Estar ahí, teniendo esta experiencia en tiempos de cambios es único y particular. Es un regalo al alma para nosotros dos y para todo nuestro equipo.