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Castillo juró simbólicamente en el lugar de la batalla independentista de Perú


Se llevó a cabo una ceremonia en el departamento de Ayacucho en la que el mandatario peruano honró el inicio de su mandato y contó con la presencia de Alberto Fernández

(Por Gonzalo Ruiz Tovar desde Lima, Perú).- El flamante presidente de Perú, Pedro Castillo, juró este jueves gobernar “por un país sin corrupción, por los pueblos originarios y por una nueva Constitución”, en una ceremonia simbólica efectuada en la zona del departamento andino de Ayacucho en que se libró en 1824 la batalla que expulsó para siempre a las tropas españolas de Sudamérica.

Castillo, quien llegó a las Pampas de la Quinua acompañado por los presidentes de Argentina, Alberto Fernández; Bolivia, Luis Arce, y Chile, Sebastián Piñera, y por el ex presidente boliviano Evo Morales, honró así su promesa de iniciar su mandato de cinco años con una ceremonia popular en las entrañas de Perú.

“Rompamos juntos las cadenas de la pobreza y el subdesarrollo (…) se vienen tiempos buenos, tiempos mejores», afirmó Castillo, quien anunció que la próxima semana se reunirá con los gobernadores departamentales y, a la siguiente, con los alcaldes municipales.

«Vamos a ponernos al frente, sacarnos los zapatos y trabajar por el país”, aseguró.

Asimismo, pidió a los ciudadanos a estar vigilantes con sus autoridades y prometió castigos para quienes “se roben un centavo”.

“No es necesario ir a Lima. Yo conozco a Perú e iré a todos los lugares”, sentenció también Castillo, quien el miércoles, al asumir formalmente su mandato de cinco años, anunció que no usará la Casa de Pizarro, el histórico recinto limeño desde el que se gobernó al país.

El acto comenzó con la interpretación del Himno Nacional en quechua por parte de un grupo de artistas locales, tras lo cual el alcalde de Huamanga –capital de Ayacucho-, Yuri Gutiérrez, le entregó al jefe de Estado un varayoc, bastón de origen inca que significa que quien lo porta tiene el poder.

En Pampas de la Quinua, zona rural próxima a Huamanga, la capital de Ayacucho, estaban unos 200 invitados, en su mayoría pobladores locales que vestían las prendas características de los campesinos quechuahablantes de la zona, unos 550 kilómetros al sur de Lima.

Castillo, quechuahablante de 51 años nacido en otro departamento andino, Cajamarca, había prometido realizar la ceremonia, llevado por el propósito de desmontar símbolos del pasado colonial.

Además, eligió ir a los Andes, donde obtuvo ventajas arrolladoras en las urnas que le permitieron derrotar en segunda vuelta a la candidata de derecha Keiko Fujimori.