El médico legista Julio Ravioli, propuesto por la defensa del endoscopista Diego Bialolelenker, aseguró hoy que el endoscopio nunca pudo haber producido la lesión que llevó a la muerte durante una práctica de esa naturaleza a la periodista Débora Pérez Volpín.
«El endoscopio tiene un extremo romo que no puede producir lesiones punzantes», aseguró el profesional, quien participó de la autopsia propuesto por la defensa del endoscopista, uno de los acusados junto a la anestesista Nélida Puente.
Además, descargó responsabilidades en la anestesista al asegurar que el propofol que ella le proporcionó a Pérez Volpin durante la anestesia «fue repetido» por la paciente y aún no entiende porque aquella le proporcionó un corticoide en referencia a la dexametasona.
Incluso, dijo que «la vía aérea nunca pudo ser accedida, sino que hubo infructuosas maniobras».
Sobre la autopsia dijo que «no coincidía» con los peritos oficiales en cuanto a que hubo una «lesión esofágica por maniobra instrumental».
«Nunca ví algo semejante en un cuerpo por la cantidad de aire que tenía ese cuerpo», recordó sobre Pérez Volpín, de quien recordó que «tenía patología cardíaca, lo que genera arritmia y paros cardíacos».
Por último, remarcó que las lesiones en el estómago fueron producidas por «masivo ingreso de aire en el sistema digestivo».