En las últimas décadas, el hombre le ha causado un daño significativo a la capa de ozono. La principal función de dicha capa es proteger a la Tierra de los rayos ultravioleta del sol. Para tratar de solucionar el problema se han llevado a cabo varios acuerdos globales. Uno de ellos fue el Protocolo de Montreal que reguló el uso de las sustancias que agotan la capa de ozono.
En los últimos tiempos se han realizado varios estudios que informan que hay un recuperación. Esto es un logro importante para enfrentar el cambio climático.
En el año 2018 el Scientific Assessment of Ozone Depletion, que es un estudio que se lleva adelante cada cuatro año y consiste en una serie de informes de la Organización de las Naciones Unidas, daba cuenta que había un ritmo constante en la recuperación y que iba desde el 1 al 3% desde el año 2000.
Según proyecciones elaboradas, el ozono del hemisferio norte y latitud media se recuperarán completamente para la década de 2030, mientras que en el hemisferio sur se recuperará en la década de 2050 y las regiones polares para el año 2060.
Los datos brindan esperanza y si se sigue cumpliendo con estos compromisos se podría evitar hasta un 0,4 % del calentamiento global en este siglo, lo que significa un gran avance.