Decenas de miles de afganos seguían intentado salir de su país, mientras Estados Unidos advirtió sobre las amenazas contra la seguridad en el caótico aeropuerto de Kabul
Una aglomeración de personas que buscaba llegar al aeropuerto de Kabul causó la muerte de siete civiles entre la multitud, informó hoy el Reino Unido, en un reflejo de los peligros que aún enfrentan quienes quieren huir de Afganistán tras su conquista por los talibanes.
Decenas de miles de afganos seguían hoy intentado salir de su país, mientras Estados Unidos advirtió sobre las amenazas contra la seguridad en el caótico aeropuerto de Kabul y la Unión Europea (UE) consideró «imposible» evacuar a todos.
Una semana después de su toma de poder en Afganistán, los talibanes prometieron una versión más amable de su brutal régimen de 1996 a 2001, y avanzaron en la formación de un Gobierno.
Pero afganos aterrorizados continuaron intentando huir, agravando la tragedia en el aeropuerto de Kabul, donde Estados Unidos y sus aliados han sido incapaces de lidiar con el enorme número de personas que intentan subir a los vuelos de evacuación.
Las calles que van hacia el aeropuerto están controladas por los talibanes, que han hecho disparos al aire y golpeado a gente con palos y látigos para tratar de contener a la multitud.
El Ministerio de Defensa británico informó hoy de la muerte de siete personas en medio del caos del aeropuerto, sin dar detalles sobre cómo tuvieron lugar esos decesos.
La red británica Sky News había difundido el sábado imágenes de al menos tres cuerpos cubiertos con lona blanca fuera del aeropuerto y su reportero en el terreno, Stuart Ramsay, dijo que la gente estaba siendo aplastada y otros «deshidratados y aterrorizados».
«Las condiciones en el lugar son extremadamente difíciles, pero hacemos todo lo posible para gestionar la situación de la manera más segura posible», dijo un portavoz del Ministerio de Defensa, informó la agencia de noticias AFP.
Fueron las últimas imágenes de desesperación, luego del video de un bebé entregado a un soldado sobre un muro en el aeropuerto y las escenas de horror de personas colgadas de aviones en pleno despegue.
En tanto, numerosas familias esperan amontonadas entre los alambres de púas que separan a los talibanes de las tropas estadounidenses, mientras las rutas al aeropuerto se mantienen congestionadas por el tráfico.
Estados Unidos, que tiene a miles de soldados controlando el interior del aeropuerto, fijó como plazo el 31 de agosto para completar las evacuaciones, aunque el presidente Joe Biden dijo que se puede ampliar
Pero hay hasta 15.000 estadounidenses y entre 50.000 y 60.000 afganos que necesitan ser evacuados, según el gobierno de Biden, que describió este puente aéreo como «de los más difíciles de la historia».
Muchos otros, incluidos periodistas que temen la represión bajo los talibanes, también intentan salir.
«Ellos quieren evacuar a 60.000 personas de aquí a fin de mes. Es matemáticamente imposible», advirtió a AFP el jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell.
El Pentágono dijo ayer que 17.000 personas habían sido evacuadas desde el inicio de las operaciones el 14 de agosto, incluidos 2.500 estadounidenses.
Los talibanes han permitido que Estados Unidos vigile las evacuaciones mientras ellos se concentran en cómo administrar el país cuando se retiren las fuerzas extranjeras.
El cofundador de los talibanes, mullah Abdul Ghani Baradar, llegó ayer a Kabul y el movimiento asegura que quiere formar un «gobierno inclusivo e islámico».
Los talibanes entraron la semana pasada a Kabul, poniendo fin a dos décadas de guerra y sorprendiendo al mundo cuando fuerzas del Gobierno afgano se rindieron en masa.
Desde entonces surgieron algunos destellos de resistencia, con antiguas tropas del gobierno agrupándose en el valle del Panjshir, una región montañosa al norte de Kabul.
Un portavoz de este movimiento de resistencia dijo que están preparados para «un conflicto a largo plazo», pero prefieren probar la negociación con los talibanes.