Sentite Mejor

Cáncer de próstata: disminuyen las consultas y se discontinúan los tratamientos


Agrupaciones médicas alertaron la preocupante situación en torno a las consultas urológicas de rutina

La Sociedad Argentina de Urología (SAU) y la Asociación Argentina de Oncología Clínica (AAOC) se unieron para expresar su preocupación ante la disminución de las consultas urológicas de rutina sobre las que estiman un descenso del orden del 50 por ciento, a la vez que observaron que hubo interrupción de los tratamientos en 1 de cada 3 pacientes con diagnóstico confirmado de cáncer de próstata.

El miedo al contagio de coronavirus sumado a las dificultades para trasladarse en trasporte público y también la creencia errónea de que los consultorios no están funcionando, provocó que muchas personas posterguen las visitas médicas y, en algunos casos, hasta discontinúen los tratamientos.

En la Argentina, el cáncer de próstata es el tercero en mortalidad, muy cerca del cáncer de colon y recto, y si es detectado a tiempo, existen diversos tratamientos con buen pronóstico, entre los que se incluye la cirugía, radioterapia, terapia hormonal, terapias dirigidas y quimioterapia.

En sus estadios iniciales, es totalmente asintomático y es en esta etapa en la que las posibilidades de curación son altísimas, por lo cual es muy importante consultar con el urólogo.

Entre los principales síntomas que permiten sospechar la potencial presencia de alguna enfermedad prostática y que ameritan una consulta médica, se encuentran un incremento en la frecuencia de las micciones, especialmente durante la noche, flujo débil e interrumpido, dificultad para orinar y limitaciones para vaciar la vejiga por completo.

Al ser consultada al respecto, la doctora Florencia Perazzo, médica especialista en oncología clínica y ex Presidente de la Asociación Argentina de Oncología Clínica, dijo que las personas «suelen acostumbrarse a vivir con los síntomas miccionales, que por lo general están asociados al crecimiento benigno de la próstata».

En ese sentido, Perazzo explicó que los citados síntomas «afectan y mucho la calidad de vida» a la vez que expresó que algunas personas «los toman como algo natural producto del avance de los años y creen que no tienen la opción de revertirlos».

«Esto no es así y además en algunos casos podrían estar encubriendo una patología oncológica, por lo cual si se demora en realizar el diagnóstico, esto representa un tiempo clave que atenta contra el pronóstico del tratamiento», aseveró.

La doctora Perazzo destacó la importancia de que la gente «sepa que los consultorios, hospitales y centros de diagnóstico cumplen con todos los protocolos estipulados para la protección del contagio por coronavirus».

«Son lugares confiables que brindan atención médica en forma efectiva y minimizando los riesgos, tanto para cuidar al paciente como a los médicos y personal de salud interviniente», aseveró Perazzo.

El agrandamiento benigno de la próstata y el cáncer de próstata son condiciones que generalmente se presentan en hombres a partir de los 50 años, segmento etario que coincide con los grupos de riesgo de padecer mayores complicaciones a causa del coronavirus.

Los controles de rutina para diagnosticar una enfermedad prostática incluyen la realización de un examen digital del recto (tacto rectal) y un estudio de sangre para medir el antígeno prostático específico (PSA). Si después de realizar ambas pruebas se mantiene la sospecha, el urólogo recurre a la realización de una biopsia prostática, que es el método que determina con precisión la presencia o no de células tumorales.