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Canallas y leprosos, una historia de desencuentros


Central y Newell's jamás se pusieron de acuerdo. Ni siquiera en el origen de sus apodos

Por: Miguel Pisano/ Télam 

Central y Newell’s jamás se pusieron de acuerdo. Ni siquiera en el origen de sus apodos. A los hinchas de Central les dicen «canallas» desde una lejana tarde de 1925 cuando su hinchada quemó el cerco de lonas de arpillera de la vieja cancha de Belgrano, que estaba en el barrio rosarino homónimo, enfurecidos porque les habían dado vuelta un partido 5 a 4 , por la Liga Rosarina.

Ese día el diario rosarino Reflejos tituló con una palabra que quedaría en la historia con letras de molde: «¡Canallas! Le quemaron la cancha a Belgrano».

Otra teoría sobre el origen de los sobrenombres sitúa a los mismos en la frustrada organización de un partido a beneficio de los enfermos de lepra, organizado por las damas de la caridad a principios del siglo pasado, que aceptaron jugar los «rojinegros», quienes desde entonces fueron llamados «leprosos», pero que fue rechazado por los «auriazules».

«Canallas» y «leprosos» discuten hasta el origen de sus apodos y, como en casi toda la historia, hace más de un siglo que no se ponen de acuerdo.

Un siglo después, los hijos dilectos de la ciudad se desviven esta semana por el partido que esperan todo el año.

En Central, su técnico Miguel Ángel Russo prende velas todos los días por la recuperación del zaguero uruguayo Facundo Mallo, quien sufrió una lesión muscular de grado 2 en el muslo derecho que lo sacó del partido que el equipo perdió 2-1 contra Colón en Santa Fe y de los dos encuentros siguientes, hace 15 días.

«Si fuera otro partido, Mallo no jugaría, pero es el clásico», advierte una fuente «canalla». «El clásico más importante de los últimos cinco años fue el que Central le ganó a Newell’s en Sarandí, cuando lo eliminó de las semifinales de la Copa Argentina, y ese día el defensor Matías Caruzzo jugó infiltrado, a pedido del «Patón» Bauza. ¿Vos creés que ahora Russo no va a hacer lo mismo?», razona otro vocero del club del barrio de Arroyito.

Otro tanto hace Russo con el enganche Ignacio Malcorra, quien sufrió una molestia en el sóleo derecho que lo sacó a los 20 minutos del primer tiempo del partido que Central empató en un gol con Independiente y del que perdió 2-1 con Gimnasia.

En la vereda de enfrente, el técnico «rojinegro» Gabriel Heinze confía en la recuperación del delantero Brian Aguirre de una distensión en la cadera derecha que lo eyectó del partido que su equipo perdió 2-1 contra Racing y del siguiente, cuando cayó 1-0 con Estudiantes.

Esa tarde-noche Aguirre no fue ni al banco de suplentes, pero en Newell’s descuentan que «estará sí o sí» en el equipo del clásico.

Una situación similar atraviesa el marcador lateral derecho uruguayo Armando Méndez, quien terminó el último partido con una molestia en la cara posterior del muslo izquierdo, pero en Newell’s aseguran que jugará el sábado.

Si no jugara Mallo, Russo deberá elegir entre Juan Cruz Komar, Facundo Agüero y Agustín Sández. Otra duda es si Sández jugará de lateral izquierdo para marcar a Brian Aguirre y, en ese caso, si el «Coyote» Rodríguez pasará al mediocampo por la izquierda o saldrá del equipo.

Otra duda de Russo es quién jugará por el lesionado Lautaro Giaccone, quien sufrió un arrancamiento total del tendón del aductor derecho y se perderá el resto del torneo. En su lugar jugaría Maximiliano Lovera o se adelantaría Tomás O’Connor y entraría Kevin Ortiz para integrar el doble 5 con Agustín Toledo.

En cambio, el «Gringo» Heinze tendría la formación definida con el ingreso del zaguero Ian Glavinovich, quien se recuperó de un desgarro en el aductor izquierdo, e integraría la línea de tres marcadores centrales junto a Gustavo Velázquez y Guillermo Ortiz. En ese dibujo de cinco defensores, tres volantes y dos delanteros saldría del equipo el atacante Ramiro Sordo.

Con respecto a las campañas, Central está penúltimo en la Zona A de la Copa de la Liga, con 5 puntos, y Newell’s marcha sexto con ocho unidades, en la Zona B.

Central ganó el último clásico jugado en el Gigante de Arroyito, el año pasado, con un gol de cabeza del delantero Alejo Véliz, bajo la dirección técnica de Carlos Tevez.

En el clásico del torneo pasado empataron sin goles en el Coloso Marcelo Bielsa del Parque Independencia, y la última vez que Newell’s ganó en el Gigante de Arroyito fue en 2016, en un partido en el que Central malogró varias llegadas y que los «rojinegros» vencieron en el descuento, con un gol de Maximiliano Rodríguez, quien tomó una pelota fuera del área a la salida de un córner, a pesar de que el técnico Diego Osella le pedía que no pateara porque ya terminaba.

En el historial, Central lleva una diferencia de 16 clásicos ganados.

La semana pasada no pudieron siquiera jugar el partido de reserva con cinco mil hinchas de Newell’s, en el Coloso del Parque, porque el presidente «canalla» Gonzalo Belloso se enteró de que habría simpatizantes locales a las 8:30 del miércoles e hizo volver al colectivo de la delegación que ya estaba en viaje a la cancha en el barrio Tablada, a unas 20 cuadras del estadio, y el encuentro fue suspendido.

Esa misma semana la Municipalidad de Rosario anunció que comenzará a desarrollar una campaña con «pintura antivandálica» para comenzar a tapar las pintadas futboleras que tapizan tapiales, columnas, cordones, cestos y hasta árboles del centro y de los barrios de la ciudad que aparece, lejos, como la más futbolera del país.

Este martes los socios y socias «canallas» agotaron en dos horas la reserva de populares y en media hora más la totalidad de las plateas, en tiempo récord.

Así, con campañas similares, algunas dudas y un presente complicado Central y Newell’s jugarán el partido del año. Y, sobre todo, seguirán toda la vida sin ponerse de acuerdo, como hace más de un siglo.