Sebastián Wolf regresó a los entrenamientos juntos a sus alumnos, pero se dio cuenta que tras 8 meses de inactividad y con el freno en la economía había una necesidad en la indumentaria de cada menor. Mirá cómo podés ayudar
Por Gonzalo Santamaría
Desde la primera semana de noviembre los chicos menores de 12 años fueron habilitados por las autoridades santafesinas y volvieron a realizar entrenamientos de deportes, una actividad suspendida desde marzo. Luego de 8 meses regresaron a las prácticas y se encontraron con sus compañeros y la disciplina que, en algunos casos, se trasladó a cada hogar.
Pasó un invierno duro porque hubo que estar en cada debido a la pandemia, situación que intensificó la crisis económica del país y golpeó a muchas familias de todas las clases sociales.
Sebastián Wolf lleva adelante al grupo de niños que practican fútbol en el club Defensores de Centro, en Castellanos y Dean Funes, y se encontró con esta situación: chicos con botines viejos, rotos y hasta algunos directamente en zapatillas.
Fue entonces que, tras la primera semana de entrenamientos, decidió comenzar con una colecta de elementos deportivos para menores de 12 años porque vio que alumnos que “antes podían tener el equipo completo hoy no y si esto es así acá, en otros lados es peor”.
Para colaborar se pueden comunicar directamente con Sebastián Wolf al 341-156438414.
La intención del profesor de Educación Física era juntar entre 5 y 10 pares de botines y en menos de cuatro días había recibido 15 mensajes para donar este calzado. “Me sorprendió la difusión, no pensaba tener tanta repercusión”, aseguró Sebastián sobre la publicación en Facebook donde anuncia su iniciativa y que fue compartida por 1.700 personas y obtuvo más de 60 comentarios de interesados.
De todas formas reflexionó: “Esto no debería llamar la atención, sino que debería hacerse con facilidad”.
Ante la gran cantidad de mensajes se vio “desbordado” y con el trajín del día a día, con su trabajo, la crianza de sus dos hijos y un programa de radial en la Wox, se ve atareado, sin embargo aclaró que “en lo que pueda colaborar voy a estar”, ya sea con los botines o vestimenta.
Ocho meses sin actividad grupal repercutió en los niños y el entrenador evidenció que tanto tiempo alejado del deporte se notó en los “cambios” corporales ya que ve “que le falta deporte” y eso, planteó, “es preocupante”.
Si bien indicó que los entrenamientos siguieron en cada casa y algunos pudieron aprovechar ese tiempo, “la mayoría no realizó actividad física”.
“Desde el punto de vista competitivo, bajaron dos escalones en lo físico o mental. Si lo ves desde el punto de vista recreativo, el encierro no es bueno y el factor psicológico también juega”, cerró Sebastián.