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Caen las ventas en supermercados: en Rosario admiten que los consumidores «compran día a día»


Supermercadistas advierten que los ciudadanos "eligen segundas o terceras marcas, buscan ofertas y cambian las tarjetas según el día que tengan promociones"

Las ventas en supermercados cayeron un 9,7% en mayo en comparación con el mismo mes del año anterior, marcando la séptima disminución consecutiva, según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). En este contexto, supermercadistas de Rosario señalan un cambio significativo en el comportamiento de los consumidores, quienes ahora prefieren realizar compras diarias y aprovechar las ofertas disponibles. Sin embargo, se observa un «rebote» en las ventas durante julio, impulsado por el pago del aguinaldo.

Juan Manuel López Raido, representante de la Cámara de Supermercados, explicó en diálogo con Radio Sí 98.9: «Desde principios de año, hay una tendencia a la baja en el registro de tickets de compra. El consumidor es mucho más exigente y observador de los precios en góndola, lo que obliga al supermercadismo a desarrollar estrategias de promociones. La capacidad de compra no es la misma».

López Raido también señaló que, aunque en julio se experimentó un aumento en las ventas en comparación con el mes anterior debido al aguinaldo, el consumidor actual opta por productos con menos nutrientes y más carbohidratos. «Dentro de las carnes, la mayoría está pasando de la carne roja a la de cerdo porque la diferencia de precio es realmente notable», añadió.

Además, destacó que la disminución de las ventas afecta principalmente a artículos de aseo personal y limpieza, así como a productos de bazar y electrodomésticos. «Los consumidores eligen segundas o terceras marcas, buscan ofertas y cambian las tarjetas según el día que tengan promociones. Antes, la compra era mucho más rápida y el consumidor no se detenía a evaluar lo que le convenía. Solían hacer una compra mensual, luego cada 15 días o semanalmente, y hoy la compra es día a día», concluyó.

Este cambio en los hábitos de compra refleja la creciente preocupación de los consumidores por maximizar su presupuesto en medio de la inflación y la incertidumbre económica, lo que representa un desafío constante para los supermercados que deben adaptarse a estas nuevas demandas.