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Cadena contra la infertilidad: Ella recibió óvulos y después de ser papás, él se convirtió en donante de esperma


«La infertilidad muchas veces separa más de lo que une, pero ese no fue nuestro caso», dice Marianela Casanova. Está en pareja con Nicolás hace catorce años. Hace diez, empezaron a buscar un bebé, soñaban con convertirse en padres. Después de hacer un tratamiento de fertilidad con ovodonación, ellos cumplieron su deseo de convertirse en papás.

Fue un antes y un después del nacimiento de Luca, su hijo de cinco años. Entendieron que muchas parejas, como ellos, necesitan de la ayuda de un tercero para hacerlo. Juntos tomaron la decisión de que él fuera donante. «Mi marido y yo nos informamos, fuimos a un banco de esperma y él pudo donar. Sabemos que estamos ayudando a otras familias y esa es la mayor retribución que podemos hacer, después de haber formado la nuestra», cuenta a TN.com.ar.

La historia que los llevó a Marianela y a Nicolás a tener a Luca en sus brazos fue compleja. A los ocho meses de haber tomado la decisión de buscar un hijo, quedaron embarazados. A las ocho semanas de gestación, lo perdieron, y la situación se repitió una vez más.

Después de los abortos espontáneos se hicieron unos estudios que indicaban que Marianela tenía una alteración genética. «Me encontraron una translocación balanceada, que hace que el embrión, en la mayoría de los casos sea incompatible con la vida, y se produzcan abortos espontáneos«, explica.

Fue entonces que Nicolás le planteó hacer ovodonación. Al principio, Marianela lo vivió como una ofensa pero después, entendió que ser padres no tenía nada que ver con los óvulos y el esperma. «Me hacía sentir que como mujer, no servía, pero al poco tiene entendí que no era así. Una cosa es ser mamá y otra donante», asegura.

La ovodonación consiste en una tratamiento de fecundación con óvulos de otra mujer, que una vez que se obtiene el embrión se deposita en el útero para que se implante y se produzca el embarazo. «Las mujeres deciden donar sus óvulos y buscan una pareja compatible desde el aspecto médico. En algunos centros de fertilidad te piden fotos para buscar un genotipo parecido pero a mí no me importaba, yo solo quería ser mamá«, detalla.

Marianela tenía mucha fe y cuando se enteraron que estaban embarazados sintieron que todo por lo que habían luchado, se estaba concretando. «Había soñado con Luca desde mucho antes de empezar a buscarlo, así que cuando finalmente llegó, para mí ya era realidad desde hacía mucho. Cuando nació, todo fluyó en la pareja, la paternidad nos unió así que ahora pensamos en agrandar la familia«, cuenta.

La experiencia de la ovodonación les cambió la vida. Ella, que es Licenciada en Letras, decidió formar una editorial para ayudar a otras personas con infertilidad. La llamó «Cien Lunas». «En nombre tiene que ver con el embarazo que tuvimos con Nicolás. Sentimos que no fueron nueve, sino muchas más», resaltó la mamá de Luca.

Ahora, Nicolás, Mariela y Luca quieren agrandar la familia. «Queremos tener otro hijo, pero si bien está la ley, nuestra prepaga solo cubre una parte del tratamiento, así que estamos luchando sobre todo por el gordo que quiere tener un hermanito o una hermanita», finalizó.

FUENTE: TN