Señalan que solo "tres provincias pampeanas concentran el 70% del total exportado a China", por lo que "la diversificación del perfil exportador significará también que productores de más regiones de todo el territorio se sumen"
Tres provincias concentran el 70% del total exportado por la Argentina a China pero, en conjunto, las ventas a ese país representan sólo 0,38% de las importaciones del gigante asiático, una participación que el gobierno nacional busca incrementar y diversificar, explicó el presidente ejecutivo de la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional (Aaici), Juan Usandivaras.
A pocos días de la participación de casi 40 empresas locales en la Exposición Internacional de Importaciones de China (CIIE), que se realizará desde el próximo jueves 5 de noviembre en Shanghai, Usandivaras destacó que el evento «es una gran oportunidad, pero también un desafío porque 150.000 potenciales compradores chinos tendrán para elegir entre no menos de 2.500 expositores».
«Con su muestra anual de importaciones China está transmitiendo más que un mensaje de apertura. Las importaciones representan casi una quinta parte de su economía y necesitan garantizar la confiabilidad de abastecimiento de bienes y servicios, muchas veces críticos en su cadena de producción y consumo», explicó sobre la importancia del evento, al que comprometió su presencia el canciller Felipe Solá.
El titular de la Agencia de Inversiones destacó en diálogo con Télam que apenas «tres provincias pampeanas concentran el 70% del total exportado a China», por lo que «la diversificación del perfil exportador significará también que productores de más regiones de todo el territorio se sumen» al intercambio comercial bilateral, que en 2019 llegó a US$ 16.325 millones.
«Hace diez años 748 empresas exportaban a China y el año pasado fueron 783, es claro que hay espacio y necesidad de que se incorporen nuevos jugadores, y la Exposición es un buen instrumento: ofrece nuevos canales para promover la liberalización del comercio, la cooperación económica y la apertura del mercado chino», agregó.
El funcionario de la Cancillería recordó que en América Latina la Argentina es «el quinto país importador de productos chinos, pero a la vez el séptimo exportador, por lo que se debería aspirar por lo menos a igualar esa posición en los envíos»: por lo pronto, el déficit que resultó del saldo comercial el año pasado superó los US$ 2.200 millones.
Desde abril, sin embargo, la economía China se convirtió en el principal socio del país, al desplazar a Brasil y a Estados Unidos, y registró inéditos superávits en algunos meses.
Esto se da en un contexto en que «el mundo asiste a una caída en el comercio internacional, que ya antes de la pandemia venía trastabillando», explicó Usandivaras.
«No deja de ser una buena noticia», no obstante, que en agosto el comercio exterior de China haya aumentado un 6% interanual, si bien las importaciones descendieron un 0,5%, con caídas de dos dígitos en las importaciones mundiales.
Las compras chinas de bienes y servicios de todos los orígenes, detalló Usandivaras, crecieron en los últimos diez años más que las importaciones mundiales: 50% frente a menos de 25%, respectivamente, y esas adquisiciones llegaron en 2019 a US$ 2,5 billones, el 10,5% del total global.
En ese mismo período las exportaciones nacionales al gigante asiático crecieron 16%, pero «por la alta concentración en nuestra oferta exportable, sólo tenemos participación en el 11% de todos los productos que China importa».
Usandivaras señaló que, en particular en el sector de alimentos finales, la Argentina «abastece poco más del 2% de la demanda de importaciones chinas, pese a que en estos diez años se multiplicó por cuatro el valor de los embarques».
Para el titular de la Aaici esto demuestra que «hay mucho para avanzar: cada punto adicional que ganemos del mercado chino de alimentos representa envíos adicionales por US$ 750 millones, un volumen de negocios decisivo, sobre todo para las economías regionales».
La CIIE es para las empresas argentinas «una gran oportunidad, pero también un desafío no menor. Primero, porque 150.000 potenciales compradores chinos tendrán para elegir entre no menos de 2.500 expositores de 130 países», y luego porque «se trata no tanto de realizar una venta, sino de establecer una relación de largo plazo y en beneficio mutuo, según la expresión usual en China», concluyó Usandivaras.