Brasil terminó el 2017 con una inflación del 2,95%, la menor desde 1998 y por debajo del piso de la meta oficial, influenciado por una deflación de los precios agrícolas, informó el miércoles el ente estatal de estadísticas IBGE.
El índice estuvo levemente por encima del 2,79% previsto por el mercado, según el último sondeo del Banco Central.
La tasa perforó el piso de 3% establecido como meta por la entidad rectora del sistema monetario, cuyo centro era de 4,5% con un margen de tolerancia de 1,5 puntos porcentuales hacia arriba o hacia abajo.
El nivel de precios al consumidor de 2017 solo quedó por encima del 1,65% anotado 19 años atrás en la serie histórica iniciada en 1995, tras la aplicación de un plan de estabilización que incluyó la creación del real como nueva moneda.
En 2016, la mayor economía latinoamericana había tenido una inflación de 6,29%.
A lo largo del 2017, que marcó la salida de la economía brasileña de una de las peores recesiones de su historia con dos contracciones consecutivas de 3,5% en 2015 y 2016, los precios de los alimentos cayeron 1,87% y fueron el factor principal que mantuvo al índice en niveles bajos.
En contrapartida, el costo de la educación acumuló un alza del 7,11% y el de vivienda uno de 6,26%.
Durante diciembre, los precios se aceleraron y registraron un alza de 0,44%, empujados por un alza de 0,54% en los alimentos, que cortaron una serie de siete meses en baja.
La tendencia de los precios a lo largo del 2017 permitió al Banco Central aplicar una sostenida política monetaria de recortes de la tasa de referencia con la idea de alentar el consumo y la inversión.
La tasa Selic termina el año en un mínimo histórico de 7% y el mercado espera que en 2018 continúe la saga de recortes.
Ya en relación a la tendencia para los precios durante 2018, año que estará marcado por las turbulencias de un proceso electoral tapizado de incertidumbres, los analistas esperan una leve aceleración.
«Debe subir un poco, en el entorno de 4,3% o 4,4% porque la ayuda que hubo en 2017 del sector de alimentos ya no va a estar.
La súper fase agrícola ya no estará este año. La alimentación tuvo deflación durante varios meses porque la oferta creció por una cosecha agrícola grande», dijo a la AFP Margarida Gutierrez, economista de la Universidad Federal de Rio de Janeiro, en una entrevista reciente.