CLG dialogó con el secretario general del Sindicato de Luz y Fuerza Rosario, quien analizó el escenario local y nacional y también se refirió a la labor que viene realizando el gremio
El contexto que está atravesando el país y puntualmente Rosario es especialmente complejo. En la ciudad, al peor momento de la pandemia se le suman factores ineludibles: la enorme cantidad de crímenes violentos, un sistema sanitario al borde de la saturación y la gran cantidad de humo que llega desde las islas. En ese sentido, CLG dialogó con el secretario general del Sindicato de Luz y Fuerza Rosario y titular de la Fundación Con La Gente, Alberto Botto, quien analizó el escenario local y nacional y también se refirió a la labor que viene realizando el gremio.
«En todo lo que respecta a lo institucional y a lo sanitario, más allá de las restricciones que nos impuso la pandemia, hemos seguido avanzando con la mayoría de los objetivos que nos hemos propuesto», comenzó explicando, en referencia al sindicato. «Le hemos dado una prioridad absoluta a lo que tiene que ver con el cuidado de la vida de nuestras compañeras y compañeros: llevamos adelante la campaña de vacunación y nos hemos preparado para que no nos falten medicamentos, insumos y camas para la internación de quien lo requiera», añadió.
Además, señaló que en el gremio avanzaron «en lo posible y cuando los protocolos lo permitieron con toda la parte de obras» e hizo mención a los trabajadores de la Empresa Provincial de la Energía: «También estamos trabajando en todo lo que tiene que ver con el aspecto gremial. Hay que estar presentes permanentemente porque venimos prestando un servicio público esencial, hay que adaptarse a los protocolos de trabajo y hay que estar con los compañeros».
«Tuvimos a algunos trabajadores que fueron afectados por el covid-19, también tenemos a un grupo de riesgo que está resguardado y por otro lado estamos abocados a la recomposición salarial de las diferentes empresas, necesarias en este momento donde el Ipec marcó para agosto un 19,3% de aumento en lo que va del año. Al no haber tenido paritarias, salvo haber cobrado el bono de los $3.000 y $2.400 para los jubilados y pensionados, no hemos tenido otro tipo de ingreso adicional. El deterioro salarial es grande y estamos en ese proceso de recomposición», expresó, en referencia a la situación salarial de sus afiliados.
Por otra parte, Botto hizo mención a la Campaña Solidaria Permanente que desde hace años lleva adelante el gremio: «A pesar de la pandemia, seguimos haciendo solidaridad, hemos continuado con nuestra Campaña Solidaria Permanente y hemos avanzado mucho con ese gran proyecto que tenemos que es la Fundación Con La Gente. Dentro de poco vamos a salir con anuncios de cuáles van a ser las acciones, cuál va a ser la Causa Ángel, el objetivo fundamental de la Fundación, y estoy seguro de que más de uno se va a sorprender, fundamentalmente por el compromiso que tiene el gremio con la sociedad en su conjunto».
En ese sentido, aseguró que «el compromiso social hoy nace de las clases bajas y las clases trabajadoras». E indicó: «No veo un compromiso social generalizado, no veo una generosidad necesaria como para salir de la pandemia y fundamentalmente que todos afrontemos esta crisis de igual manera. Esto, lamentablemente, está pesando sobre los trabajadores y sobre los que menos tienen. No vemos una solidaridad de parte de aquellos que fundamentalmente son los más poderosos del país, los que más recursos tienen».
«Vemos un egoísmo por un lado, y por el otro una falta de responsabilidad total de algunos que utilizan la pandemia para generar zozobras en el gobierno, para politizar una situación que es una tragedia a nivel mundial, donde se generan marchas anticuarentena, se multiplican los contagios, y se intenta hacer colapsar el sistema de salud. En esto hay que estar muy cerca de nuestros gobernantes, darles el máximo apoyo, ayudar y obviamente rechazar este tipo de manifestaciones porque no son una solución», añadió.
El titular de Luz y Fuerza continuó criticando a los sectores anticuarentena: «Hoy estamos todos cansados de la situación que nos ha generado la pandemia, pero de ninguna manera podemos cometer la irresponsabilidad social de romper con lo que nos dicen nuestras autoridades, que están mucho más capacitadas que nosotros para leer el momento. Hoy en Rosario estamos en 700 contagios diarios, estamos viendo que prácticamente camas no hay y que algunos insistan con salir a la calle y decir que el gobierno nos tiene encerrados es una aberración absoluta».
En ese contexto, Botto remarcó la necesidad de proteger al sector comercial: «También entendemos que hay necesidades, que hay que cuidar el trabajo. Hay que hacer un análisis donde se preserve de alguna manera todo lo que tiene que ver con comercios y emprendimientos. Entendemos que esos no son focos de contagios, sino que se trasladan a los sectores de trabajo por irresponsabilidad en la conducta social de cada individuo. Tienen que existir los controles del Estado para clausurar aquellos lugares donde no se cumplan los protocolos. Es realmente una situación muy compleja la que se está viviendo, y ahora se está complicando aún más con lo económico, se está generando una crisis muy profunda, pero con responsabilidad social e individual creo que estas consecuencias pueden menguar bastante».
Por otro lado, el secretario general del gremio rosarino se refirió al recrudecimiento en hechos violentos en la ciudad: «Estamos realmente muy preocupados por los números de muertes que se están dando aquí en Rosario. No soy un experto, quiero dejarlo en manos del gobierno de la provincia de Santa Fe porque ellos seguramente son los que saben, conocen y tienen que tomar las medidas correspondientes. Obviamente condenamos cualquier tipo de hecho de violencia, esto sigue fragmentando a la sociedad».
Por último, hizo mención a las quemas de pastizales en las islas y al humo que generan: «El ecocidio que se está realizando en las islas es lamentable, y todo por cuestiones que tienen un fondo netamente económico. Están quemando vivos animales, destruyen el ecosistema, ponen en riesgo la calidad del agua y ni que hablar de lo irrespirable que está el aire. Esto tiene que ser severamente castigado por la ley. Se necesita urgentemente una norma que proteja los humedales por un lado, pero por otro que también establezca los controles necesarios para que esto no siga ocurriendo».