Por Diego Carballido
La asociación civil Botines Solidarios es un proyecto que nació en el año 2009 en Buenos Aires, motorizada por el ex Puma Ignacio Corleto, quien junto con un grupo de amigos y ex compañeros de rugby decidió llevar la práctica de este deporte a los barrios más carenciados, donde muchas veces no resulta fácil practicarlo.
En Rosario, esta experiencia tiene un correlato que comenzó en el 2013, dos años después del retiro profesional del reconocido jugador Leandro Lobrauco. “Me tomé un tiempo después de jugar profesionalmente durante 20 años y, a comienzos del 2013, logramos generar los convenios necesarios con la Secretaría de Deporte de Rosario para traer Botines Solidarios a la ciudad. Así empezamos las prácticas en dos barrios: Las Flores y Barrio Municipal, dentro del polideportivo Patio del Mercado», contó Lobrauco en un diálogo con CLG, donde brindó los detalles y alcances de esta experiencia en dos zonas vulnerables de la ciudad. “La idea es devolver a la sociedad algo de todo lo que el rugby nos ha dado”, agregó.
— ¿Cómo fue el primer contacto con los chicos del barrio?
— Fue importante poder dar el primer paso a través de los polideportivos municipales, porque nos generó una estructura dentro de un lugar donde ya se generaban actividades deportivas. También nos tomamos el trabajo de recorrer las escuelas del barrio para invitar a los chicos y la sorpresa fue que muchos ya conocían al rugby, a los Pumas o los All Blacks, pero nunca habían tenido la posibilidad de practicar el deporte. Por esa razón, tomaba más fuerza nuestra idea de llevar el rugby a donde resulta difícil practicarlo.
— ¿Qué se pone en juego a la hora de llevar este deporte a contextos donde no se practica habitualmente?
— El rugby de por sí tiene muchos valores y un respeto por las reglas. Es un deporte donde todos tenemos que empujar para el mismo lado porque, de otra manera, no se puede cumplir con el objetivo. Es una actividad de equipo por excelencia. No te podés quedar parado en una punta de la cancha a ver qué pasa. En el rugby, los quince compañeros tienen que estar actuando y yendo para el mismo lado.
Leandro Lobrauco es responsable institucional en Rosario de Botines Solidarios, una asociación que tiene determinadas metodologías que se implementan en todos los proyectos de este estilo. «Al final de cada práctica nos autoevaluamos en compromiso, respeto y responsabilidad. Así como los chicos entrenan y mejoran en cuanto a la práctica deportiva, lo mismo ocurre con los valores. A medida de que va pasando el tiempo, se van logrando visualizar cambios en muchos de ellos. Ya que se ponen en juego el compromiso con el equipo o el cuidado de un compañero», explicó.
— ¿Qué edades tienen, en promedio, los jugadores que integran Botines Solidarios?
— Hemos tenido diferentes etapas. Primero empezamos a trabajar con chicos entre 14 y 18 años, y después son ellos, a medida que pasa el tiempo, quienes les enseñan a los más chicos del barrio. En promedio la edad es esa, pero últimamente estamos recibiendo también chicos de menos años.
— ¿Se logró conformar un equipo?
— Sí, tenemos un equipo que juega amistosos con buenos resultados porque los chicos tienen unas cualidades bárbaras. Hace unos años creamos una red de equipos con características similares para generar competencias. También hemos hecho encuentros en el polideportivo del Patio del Mercado y hasta tuvimos la visita del equipo Racing de París, con quienes pudimos organizar un entrenamiento juntos, al igual que con un colegio de Inglaterra que nos vino a visitar. Por nuestra parte, viajamos a Buenos Aires y hemos visitado casi todos los clubes de la ciudad. Estamos contentos con lo que hemos logrado con los chicos de ambos barrios.
Finalmente, Lobrauco compartió que el nivel de la experiencia de Botines Solidarios produjo que chicos surgidos en los barrios de Las Flores y Municipal tengan la posibilidad de practicar en algunos clubes profesionales rosarinos. «En esos casos, la continuidad depende del acompañamiento que el club pueda dar en ese momento. Porque muchas veces nuestros jugadores no tienen para pagar el colectivo y si no reciben apoyo, se les complica”.