El primer ministro británico dijo que hasta ahora se calcula que ya se han vacunado con la primera dosis más de 17 millones de personas, la mayoría mayores de 70 años y personal de salud
El primer ministro británico, Boris Johnson, prometió que todos los adultos del país recibirán al menos una primera dosis de las vacunas contra el coronavirus antes de fin de julio, al mismo tiempo que Reino Unido impulsa una reapertura «cautelosa» después de la tercera cuarentena dictada para contener la pandemia.
«Nos propusimos ofrecer una vacuna a todos los adultos para finales de julio, lo que nos ayudará a proteger antes a los más vulnerables, y tomaremos más medidas para aliviar algunas de las restricciones vigentes», aseguró Johnson en un comunicado publicado anoche y reproducido por la agencia de noticias DPA.
El anuncio de Johnson supone un adelanto de dos meses con respecto a su meta de vacunación original que se había fijado en el final de septiembre.
Reino Unido no solo fue uno de los primeros países occidentales en empezar a administrar dosis, sino que flexibilizó los tiempos y las dosis para alcanzar a la mayor cantidad de personas en el menor tiempo posible.
Hasta ahora se calcula que ya se han vacunado con la primera dosis más de 17 millones de personas, la mayoría mayores de 70 años y personal de salud, una cifra significante en un país de menos de 67 millones de habitantes.
Con la aceleración del cronograma de vacunación, el Gobierno británico espera poder comenzar a vacunar a los mayores de 50 años y las personas con enfermedades previas a mediados de abril.
Esto, aseguró, le permitirá seguir avanzando en una «ruta para salir del bloqueo» que impuso la nueva cuarentena y poder hacerlo de manera «cautelosa y escalonada».
El primer ministro anunciará mañana lunes ante el Parlamento británico una hoja de ruta con esta salida gradual de la cuarentena y se espera que entre las prioridades esté la reapertura de las escuelas a partir del 8 de marzo próximo.
Reino Unido es uno de los países más afectados por la epidemia, con más de 120.000 personas fallecidas, aunque el nuevo confinamiento decretado a principios de enero logró comenzar a reducir el número de casos y hospitalizaciones.