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Conflicto en puerta

Bolsonaro y su equipo endurecen su postura frente a Venezuela


El equipo que asumirá el gobierno de Brasil el 1 de enero próximo profundizó este domingo el enfrentamiento con la administración del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, al convocar «a todos los países del mundo» a «liberar» a los venezolanos. Además, Maduro no fue invitado a la asunción del mandatario electo, Jair Bolsonaro.

«No fue invitado en respeto al pueblo venezolano, no hay lugar para Maduro en una celebración de la democracia y del triunfo de la voluntad popular brasileña; todos los países del mundo deben dejar de apoyarlo y unirse para liberar a Venezuela», dijo el canciller designado, Ernesto Araújo, en redes sociales.

De esta forma, el futuro gobierno de Brasil se posicionó oficialmente después de que Venezuela recibiera la semana pasada aviones de combate rusos para realizar ejercicios militares, como consecuencia del respaldo que el presidente ruso, Vladimir Putin, le dio a Maduro.

Bolsonaro, un militar retirado que hizo campaña contra el «comunismo» y «las relaciones internacionales pactadas por la ideología», fue felicitado por Maduro luego de su victoria electoral.

Sin embargo, Bolsonaro y su equipo profundizaron el tono que había tomado el actual mandatario, Michel Temer, cuyo gobierno comandó la suspensión de Venezuela como socio del Mercosur en 2017, cuando ejercía la presidencia rotativa del bloque.

La posición de Brasil, la mayor economía del Mercosur, estuvo en consonancia con la de Argentina, Paraguay y Uruguay, los otros fundadores del bloque.

Incluso Temer decretó este mes la intervención federal del estado de Roraima, vecino a Venezuela, para enfrentar el colapso de ese distrito amazónico, que no puede pagar a los empleados públicos y atribuye parte de la crisis la llegada masivo venezolanos.

Araújo defiende un alineamiento con Estados Unidos, a cuyo presidente, Donald Trump, calificó en sus artículos como un «salvador de Occidente» contra «el globalismo».

El diario Folha de Sao Paulo reveló hoy detalles de un documento
escrito por Araújo y entregado a Bolsonaro sobre lo que debe ser el Palacio de Itamaraty, sede de la Cancillería brasileña. Allí sugiere un «pacto cristiano» con Estados Unidos, reducir las alianzas con China y Europa y dejar de «sacralizar» la política de apertura inmigratoria.

Defiende además un eje con Italia, Polonia, Hungría, Estados Unidos «y de otros países que busquen defender sus civilizaciones ante el globalismo dominante».

En esta transición, Bolsonaro causó crisis con el mundo árabe -importante destino de exportaciones de carne brasileña- al anunciar que seguirá a Trump para cambiar la embajada israelí en Jerusalén.

Además, anunció que saldrá del Pacto Global de la inmigración en la ONU y descartó ser anfitrión, en noviembre próximo, de la COP 25 sobre cambio climático, que estaba prevista en Brasilia.

El designado canciller volvió este domingo a hacer declaraciones sobre Maduro luego de que el vicepresidente electo, el general retirado Hamilton Mourao, dijera que Brasil puede encabezar una fuerza de la ONU luego de un eventual golpe de estado para sacar al presidente venezolano.