El candidato ultraderechista Jair Bolsonaro criticó a sus aliados por el «débil desempeño» en los últimos días de campaña frente al avance en las encuestas de su rival para el balotaje del domingo, Fernando Haddad, del izquierdista Partido de los Trabajadores.
«Fueron elegidos 52 parlamentarios del Partido Social Liberal, en gran parte por mi mérito como candidato a presidente, no les quito mérito, pero los de izquierda están más activos, la elección no terminó todavía. Les pido seriedad porque está en juego el sillón presidencial», dijo Bolsonaro por Facebook.
Bolsonaro no acudirá al debate tradicional de la TV Globo de este jueves prebalotaje al argumentar cuestiones médicas, pero también, según analistas, para cuidar su ventaja en los sondeos, tras haber vencido en primera vuelta con 46% de los votos contra el 29% de Haddad.
Bolsonaro expresó preocupación porque en la metrópoli de San Pablo, la mayor ciudad del país, donde había obtenido una victoria arrasadora en primera vuelta, Ibope apuntó que Haddad, ex alcalde de este municipio, vence 51% a 49%.
Es que la complejidad del mapa electoral incluye que hay balotaje para gobernaciones en los distritos más importantes: en los estados de San Pablo, Minas Gerais y Rio de Janeiro.
En San Pablo, anoche, Haddad reunió a unas 50.000 personas en el barrio de Pinheiros, donde afirmó que Bolsonaro «está temblando» a causa de la modificación en las encuestas desde la última semana.
Según los analistas, ha pesado el discurso de Bolsonaro de que los opositores deberán elegir entre «prisión y exilio».
«El mercado financiero -dijo Haddad- daba como segura la victoria de Bolsonaro, ahora la da como probable, está nervioso porque no venderemos las empresas a precio de banana como quiere Bolsonaro. Si Bolsonaro dice una vez más lo que piensa para Brasil debe perder el domingo», dijo Haddad.
Una encuesta de la consultora Vox Populi encargada por la Central Única de Trabajadores (CUT) divulgada estes jueves le otorgó a Bolsonaro 53% de los votos contra el 47% de Haddad.
Ayer, Ibope había indicado que Bolsonaro cayó de 59% a 57% en una semana y que su rechazo aumentó mientras que el de Haddad bajó, sobre todo entre los votantes evangelistas, que fueron claves para el ultraderechista en la primera vuelta.
El ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, desde su celda en Curitiba, donde cumple una pena de 12 años y un mes por corrupción, dijo en una carta que Brasil debe evitar una «aventura fascista», al pedir el voto a Haddad, su delfín y su ex ministro de Educación.
«A pesar de la persecución, el pueblo sigue creyendo en nuestro proyecto», dijo Lula, quien sostuvo que fue condenado injustamente en la Operación Lava Jato.
Lula, considerado por la mayoría el mejor presidente de la historia de Brasil según las encuestas de Datafolha, era el favorito en los sondeos para vencer las elecciones en primera vuelta pero fue inhabilitado por el Tribunal Superior Electoral por estar condenado en dos instancias.