El presidente de Brasil denunció que el canal estatal estaba "tomado por la izquierda" y criticó al educador Paulo Freire
El presidente de Brasil denunció que el canal estatal estaba «tomado por la izquierda» y criticó al educador Paulo Freire
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, calificó este lunes de «energúmeno» al educador más famoso del país, Paulo Freire. Lo hizo al justificar la no renovación del contrato del canal de televisión estatal TV Escola, que según dijo está «tomado por la izquierda y la ideología de género».
El Ministerio de Educación no renovó el contrato para la ejecución de las producciones audiovisuales en la pública TV Escola, creada en 1995, y en su lugar pone videos «de corte derechista y negacionista que reivindican al gurú de la derecha brasileña, el astrólogo anticomunista Olavo de Carvalho, radicado en Estados Unidos».
«TV Escola tenía una programación de izquierda, con ideología de género, nuestros cambios se verán en 10 años, hace 30 años que está dominada por la izquierda. Eso es Paulo Freire, ese energúmeno ídolo de la izquierda», dijo Bolsonaro a seguidores en la puerta del Palacio de la Alvorada, la residencia presidencial.
Freire, fallecido en 1997, es desde 2012 el patrono de la educación brasileña y su libro «Pedagogía del Oprimido» es el único de un autor de Brasil en el top 100 de las universidades estadounidenses. Pero el educador, conocido por su programa de alfabetización de adultos en la región nordeste del país en los años sesenta y setenta, se transformó en una bandera de la ultraderecha aglutinada en torno a Bolsonaro.
Bolsonaro justificó la decisión de su ministro de Educación, Abraham Weintraub, de cesar el contrato con la Asociación Roquette Pinto, una entidad que producía contenidos educativos para el canal público dependiente de la cartera educativa.
«¿Quién mira la TV Escola? Es dinero tirado a la basura», subrayó Bolsonaro.
El presidente dijo que Brasil necesita sacar «la ideología de la educación» y le atribuyó a eso el desempeño en la prueba de nivel internacional PISA de los estudiantes brasileños.
«Fuimos uno de los últimos del mundo, últimos en muchas materias en Sudamérica, hay que cambiar eso», subrayó el presidente, cuya gestión congeló durante diez meses el presupuesto educativo y enfrenta protestas por parte de los gremios docentes.
El choque contra el sector educativo se pronunció la semana pasada cuando el ministro Weintraub sostuvo (y fue desmentido por una comisión del Congreso) que sen las universidades federales se plantaba marihuana y en los laboratorios se producían drogas sintéticas.
Uno de los pilares de la gestión bolsonarista en educación es la construcción de escuelas públicas cívico-militares, administradas por el Ejército y la policía de los estados.