Lo hizo al fustigar la política de cuarentenas que adoptaron gobernadores e intendentes de su país durante 2020 y 2021, a quienes les endilgó la responsabilidad por el aumento del 10,6 por ciento en la inflación del año pasado, el avance de precios más alto en seis años en Brasil
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, volvió a sembrar hoy dudas sobre la vacunación contra la Covid-19, afirmó que la variante Ómicron «es bienvenida» porque puede significar la inmunidad de rebaño y el fin de la pandemia y tergiversó datos al afirmar que esta nueva ola no está causando muertes.
Lo hizo al fustigar la política de cuarentenas que adoptaron gobernadores e intendentes de su país durante 2020 y 2021, a quienes les endilgó la responsabilidad por el aumento del 10,6 por ciento en la inflación del año pasado, el avance de precios más alto en seis años en Brasil.
La variante «Ómicron tiene una letalidad muy pequeña y dicen que puede ser hasta un virus vacunatorio. Personas serias no vinculadas a las farmacéuticas dicen que Ómicron es bienvenida y puede indicar el fin de la pandemia», dijo Bolsonaro en una entrevista con el sitio Gazeta Brasil.
El mandatario dijo que la nueva variante «no ha matado a nadie», tergiversando la propia información del sistema de salud, que está diariamente reportando decesos en momentos en que Ómicron es la variante dominante en Brasil, según el propio Ministerio de Salud.
Hospitales están colmados con casos de Covid-19, y la mayor parte de los hospitalizados en terapia intensiva son personas no vacunadas, de acuerdo a la información de las secretarías de salud de los estados.
«Tal vez hemos llegado a la inmunización de rebaño y yo no me vacuné», afirmó Bolsonaro, quien sembró dudas sobre las vacunas que su propio Gobierno compra contra la Covid-19.
En un guiño a los negacionistas brasileños antivacunas, Bolsonaro contó que ordenó al ministro de Salud, Marcelo Queiroga, recopilar casos de reacciones negativas a la vacuna para mostrarlas a los padres antes de enviar a sus hijos a los puestos de salud a recibir las dosis.
«Hay gente que muere de otras cosas y dicen que murió de Covid», sostuvo el mandatario, quien fue denunciado penalmente por una comisión investigadora del Senado por crímenes contra la humanidad y charlatanería por sus múltiples declaraciones falaces sobre la enfermedad desde el inicio de la pandemia.
El ultraderechista se opuso a la vacunación autorizada por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria a chicos de entre 5 y 11 años que deberá iniciarse este mes y volvió a decir «que ningún niño ha muerto» de Covid-19.
Corregido por la entrevistadora, que apuntó que más 300 niños de esa edad fallecieron, Bolsonaro insistió: «Vamos a suponer que estos números sean verdad…¿se justifica la vacunación?».
El presidente también confirmó su candidatura a la reelección y dijo que estará presente en todos los debates de campaña para los comicios de octubre, para los cuales aparece como favorito en las encuestas a vencer en primera vuelta el líder opositor y excandidato presidencial Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), del Partido de los Trabajadores.
Es que en 2018 la popularidad del ex capitán del Ejército subió mientras no acudía a los debates debido a que había sufrido un atentado con un cuchillo cuando no superaba el 20% de intención de voto.
También disparó contra dos jueces de la corte suprema, Luis Barroso y Alexandre de Moraes, quienes lo investigan por formar parte de una red ilegal de difusión de noticias falsas que atentan contra el sistema electoral y la Constitución.
«¿Quiénes se piensan que son estos dos? Cesan libertades democráticas, libertad de expresión y actúan así porque tienen candidato. Los dos quieren a Lula presidente», afirmó Bolsonaro, levantando el tono contra el Supremo Tribunal Federal, algo que no hacía desde el 7 de setiembre, cuando prometió no cumplir las sentencias pero después debió retroceder tras una conversación de mediación del expresidente Michel Temer.
Barroso llegó a la corte por indicación de Dilma Rousseff, del PT, pero es uno de los defensores de Sérgio Moro en el alto tribunal, al punto que votó por no anular las sentencias contra Lula en la Operación Lava Jato porque no consideró al ex juez y ex ministro bolsonarista como parcial.
De Moraes fue afiliado al Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) del ex presidente Fernando Henrique Cardoso y fue ministro de Justicia de Temer, quien lo indicó para la corte suprema.