Renunciaron los ministros de Trabajo y de Desarrollo Productivo, tras el anuncio de la destitución del titular de Economía
A 20 días de las elecciones generales, la crisis del gobierno de facto de Bolivia de Jeanine Áñez se agravó este lunes con las renuncias de los ministros de Trabajo, Óscar Mercado, y de Desarrollo Productivo, Abel Martínez, menos de una hora después de que se anunciara la destitución del titular de Economía, Óscar Ortiz, un hombre que supo ser la mano derecha de la presidenta de facto.
«Hoy, el señor Oscar B. Mercado Céspedes presentó su renuncia irrevocable al cargo de Ministro de Trabajo, Empleo y Previsión Social, puesto que ejerció desde diciembre del año 2019», anunció la cartera en un comunicado publicado en Twitter.
Mercado, quien no hizo declaraciones inmediatas sobre su dimisión, era el delegado presidencial para la lucha contra la pandemia de la Covid-19 en el departamento de Cochabamba, donde opera la distribuidora Empresa de Luz y Fuerza Eléctrica de Cochabamba (Elfec) que motivó la disputa entre el ahora exministro Ortiz y el máximo referente del ala más dura del Gobierno de facto, el ministro de Gobierno Arturo Murillo.
Pese a no haber dado razones sobre su dimisión, la prensa local apuntó a que las dos renuncias también estarían relacionada con el caso Elfec.
Martínez había accedido a la cartera de Desarrollo Productivo en sustitución de Ortiz en julio pasado, y su renuncia al igual que la de Mercado se concretaron poco después de la destitución del ministro de Economía.
Ortiz destacó en conferencia de prensa que su salida del gabinete no se debió a una renuncia, sino que se trató de una destitución, como consecuencia de su desacuerdo con Murillo -la cara visible de la represión de las protestas y la persecución del Movimiento al Socialismo (MAS) de Morales-, sobre un decreto de privatización y otras medidas.
«Yo no he renunciado aunque desarrollaron una campaña informativa falsa seguramente para presionarme para que lo haga, me parece una forma indigna de actuar; pero de todas maneras entiendo que ya han decidido designar otra persona, por lo cual he venido justamente hoy a dejar limpio mi escritorio», dijo Ortiz a la prensa, según el diario El Deber.
El ahora exministro de Economía, quien era el jefe parlamentario de Áñez cuando esta senadora se autoproclamó presidenta en noviembre pasado, añadió que tenía «diferencias profundas» con Murillo, uno de los soldados más férreos de Áñez y uno de los principales responsables de la represión a las protestas en las calles y de la persecución al MAS desde la asunción del Gobierno de facto.
Ortiz recalcó que su alejamiento se debe a que no está dispuesto a firmar un decreto de Áñez “que vaya contra el ordenamiento jurídico”, en referencia a la devolución de las acciones de Elfec, nacionalizada en 2010.
“No creo que el Gobierno, en sus últimas semanas, deba realizar nuevos contratos o adjudicaciones importantes, que debieran dejarse para la próxima gestión. Hay suficientes deudas como para asumir nuevas obligaciones”, explicó.
Ortiz sostuvo que el Gobierno de facto quiso actuar al margen de la Constitución y «se pretendió presionar al gabinete para firmar sin que haya todo un proceso previo de auditoría, de vigencia debida, de revisión jurídica».
«Yo no estoy aquí para firmar cualquier cosa que me ponga por delante, voy a siempre analizar y cumplir con mi responsabilidad de defender el respeto a las leyes y los intereses del país», concluyó.
Ante las renuncias en el Gabinete, Áñez anunció hoy a los nuevos titulares de tres ministerios.
Nombró a Branko Marinkovic, actual ministro de Planificación del Desarrollo y otro referente del ala dura del Gobierno de facto, como nuevo ministro de Economía y Finanzas Públicas.
Marinkovic pasó 10 años en el exilio tras ser señalado como uno de los líderes del intento fallido separatista de 2009 contra el Gobierno de Evo Morales.
Áñez también nombró a Gonzalo Quiroga como titular de la cartera de Planificación del Desarrollo, y a Álvaro Tejerina como ministro de Trabajo.
Las bajas en el gabinete ocurrieron apenas diez días después de que Áñez renunció a su candidatura presidencial en aparente admisión del fracaso de su apuesta electoral, cuando se perfilaba a salir en cuarto lugar y con menos del 10% de los votos, según pronosticaron varias encuestas.
Al salir de la carrera electoral, la presidenta de facto pidió la unidad de las fuerzas conservadoras contrarias al MAS, llamado que aparentemente no tuvo efecto, mientras el candidato masista Luis Arce se mantiene en primer lugar en la intención de voto, según los últimos sondeos.
La semana pasada, Áñez destituyó también al procurador general del Estado, José María Cabrera, quien había objetado el plan de privatización de Elfec impulsado por Murillo.