El Xeneize se impuso 1 a 0 sobre el DIM gracias al gol de Toto Salvio. El martes ante Libertad puede sellar su pase a la siguiente fase
En el contexto de un partido discreto, Boca fue más que el DIM en Colombia: contó con las mejores oportunidades para convertir, pero necesitó de un error sobre el epílogo para marcar la diferencia final. A los 88 minutos de juego, Eduardo Salvio convirtió el 1-0 que dejó al Xeneize en el umbral de los octavos de final de la Copa Libertadores. Si el martes el líder del Grupo H suma apenas un punto frente a Libertad en la Bombonera, se asegurará el pasaje a la próxima fase.
El Xeneize saltó al campo de juego con la misma actitud que imprimió en su anterior presentación en Asunción, en el triunfo 2-0 contra Libertad: presión, pero esta vez más a partir de la mitad de campo, y mucha movilidad y velocidad una vez que recuperó la pelota. Ante dicha evidencia, tras unos primeros compases de incomodidad, el DIM se ordenó para no ofrecer tantos espacios y empezó a moverla con la cadencia del fútbol colombiano.
Inquieto y sin posición fija, Tevez fue un problema sin solución en los primeros instantes. Forzó un tiro libre en el borde del área y a los 10 minutos, con un remate lejano, provocó la estirada del arquero Mosquera Marmolejo.
Pero Boca, como en el sprint final de la Superliga que terminó arrebatándole a River, se siente más peligroso con campo por correr. Como a los 17′, cuando Tevez quedó mano a mano, su definición fue obstruida por la barrida de un defensor y el rebote le quedó a Salvio, quien hizo temblar el arco con su remate.
A los 33 minutos, el parate y el esfuerzo le cobraron la primera víctima al Xeneize: Gonzalo Maroni. El enganche, volcado a la izquierda y con misión de inyectarle ida y vuelta a su manejo, intentó llegar al área con el balón, perdió con su marcador y en la caída mostró gestos de un tirón en la cara posterior del muslo izquierdo. La dupla Somoza-Herrón (reemplazantes de Miguel Ángel russo, quien se quedó en Buenos Aires) lo reemplazó por el juvenil Agustín Obando, más acostumbrado a recorrer el carril completo.
El juego se fue desinflando en la medida que se acercó el descanso. El dueño de casa no aceleró jamás el control del balón, correcto, pero inofensivo. Y Boca no volvió a encontrar campo abierto para sus velocistas, como tampoco firmó sociedades.
En el inicio del complemento, Boca apeló a su segundo cambio: ingresó Walter Bou en lugar de un Franco Soldano que una vez más se encargó del trabajo sucio, pero no pesó en su hábitat, el área. Pero el encuentro se siguió jugando en cámara lenta. DIM no halló precisión y mucho menos cambio de ritmo. El conjunto de la ribera pudo romper el cero a los 4′ del ST con el puntazo cruzado de Pol Fernández, que pasó junto al palo.
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La parsimonia pareció romperse con el ingreso de Capaldo, más activo y con decisión para involucrarse en el ataque. A los 72 minutos de juego, luego del desborde de Obando, Tevez falló de frente al arco una oportunidad clarísima. 60 segundos después, fue el citado Capaldo el uqe desvió un intento franco. Y a los 75 el DIM consiguió su primera aproximación, con un enganche y un tiro de Cuesta, volcado sobre la banda izquierda.
Ese apetito de Capaldo terminó brindándole el triunfo al final. El mediocampista de la selección juvenil aprovechó un absurdo pase atrás de Delgado y se marchó mano a mano a dos minutos del epílogo. El arquero contuvo su definición, pero Salvio tomó el rebote y confirmó su estado de gracia, que muy probablemente le reporte la convocatoria a la Selección: 1-0 inamovible.
Boca quedó con 10 unidades, tres más que el escolta Caracas y cuatro por encima de Libertad, próximo adversario. Así, quedó a un paso de cumplir el primer objetivo en la Copa Libertadores. Nada para desdeñar después de seis meses de parate y de los obstáculos extra que le propuso la pandemia de coronavirus.