La biopsia líquida, una muestra de sangre para analizar el ADN de células tumorales circulantes, es un «gran avance en la medicina» para tratar el cáncer dado sus múltiples usos, desde monitorear respuestas a tratamientos hasta detectar en etapas más tempranas las mutaciones (comportamientos) de un tumor, destacó un especialista argentino en un simposio internacional.
«Es importante aclarar que la biopsia líquida no reemplaza a la biopsia tradicional, la cual se utiliza para hacer el diagnóstico del tumor primario», sostuvo Luis Martínez, especialista en oncología genito-mamaria y jefe del departamento de Oncología de Hospital Universitario de Maternidad y Neonatología.
El especialista participó de la tercera edición del taller Internacional Multidisciplinario de Cáncer de Mama, que se extendió del domingo al martes en la ciudad de Córdoba, donde concurrieron 80 expositores y 600 asistentes.
Es un estudio que se está «usando hace años en tumores sólidos (distinto es el caso de las leucemias) y representa un «gran avance en la medicina», enfatizó Martínez, quien destacó que se ha creado una asociación internacional sobre la biopsia líquida.
Su mecanismo es a través de una muestra de sangre al paciente para analizar el ADN de las células tumorales circulantes, explicó el oncólogo sobre este estudio que aún no se aplica como rutina en Argentina y se encuentra en fase de investigación clínica.
Es un análisis que tiene muchos usos, por ejemplo para monitorear respuestas a tratamientos o «para el diagnóstico de presencia de enfermedad circulante», describió. Este último caso puede ser cuando «una persona se hace un estudio de extensión y está libre de enfermedad, pero puede tener células tumorales dando vueltas».
Otro uso es «detectar recurrencias tempranas», señaló el profesional, y señaló que aquí «es cuando se detectan en la sangre esas células circulantes tumorales antes de que se implanten en otro tejido y aparezca la metástasis».
«Y lo que yo creo que es lo más importante hoy, y se viene a futuro, es detectar a partir de esas células tumorales circulantes, mutaciones para encontrar blancos moleculares específicos para realizar una terapia específica», precisó.
El especialista dijo que ese análisis se hace habitualmente en el tejido que se obtiene (de la mama o del pulmón, etc.), pero de lo que se trata aquí es de detectarlo en «células circulantes». «Entonces sería como detectarlo en etapas más tempranas de las metástasis y, de esa manera, poder administrar un tratamiento», resumió.
En otras palabras, puede convertirse «a futuro en una herramienta para detectar recurrencias tempranas antes de que impacten en el tejido», citó. Sostuvo que «no es costoso el procedimiento pero sí la detección de las mutaciones», e indicó que ese análisis en Estados Unidos ronda entre los 4.000 a 5.000 dólares.