El ministro de Exteriores de Bielorrusia rechazó ante la Asamblea General de Naciones Unidas la posible "injerencia" de la comunidad internacional en los asuntos "internos" del país con sanciones de restricción
El ministro de Exteriores de Bielorrusia, Vladimir Makei, rechazó ante la Asamblea General de Naciones Unidas la posible «injerencia» de la comunidad internacional en los asuntos «internos» del país con sanciones y otras medidas de restricción, y aseguró que estas podrían «perjudicar a todos» y tener «un efecto inverso».
Bielorrusia vive una ola de protestas sin precedentes desde las elecciones del 9 de agosto, en las que el mandatario Alexandr Lukashenko obtuvo el 80,1% de los votos y la candidata opositora Svetlana Tijanóvskaya, que sacó el 10,%, denunció irregularidades, por lo que la oposición exigió la repetición de los comicios.
Los Veintisiete Estados miembros de la Unión Europea (UE) mostraron su respaldo a las protestas que estallaron en Bielorrusia contra Lukashenko, aunque por el momento no adoptaron oficialmente sanciones por falta de unanimidad.
Uno de los críticos más duros de Lukashenko fue su par francés, Emmanuel Macron, quien aseguró que “está claro”que presidente bielorruso “debe irse” del país.
«Estoy impresionado por la valentía de los manifestantes. Saben el riesgo que corren al manifestarse todos los fines de semanas y aún así continúan con el movimiento para dar vida a la democracia en este país que ha sido privado de ella durante tanto tiempo», expresó Macron, cuyo Gobierno tiene una larga trayectoria de represión al movimiento de los Chalecos Amarillos en su país.
Al respecto, el canciller de Bielorrusia sostuvo que en las presidenciales celebradas el 9 de agosto los ciudadanos de su país hicieron una elección «clara» para tener un Estado «estable y próspero» centrado en la paz y el desarrollo sostenible, informó la agencia de noticias Europa Press.
«Sin embargo, en vez de respetar esta elección, estamos viendo intentos de desestabilizar la situación en este país», manifestó el ministro.
Makei explicó que, tras intentar «imponer las revoluciones de colores”, experimentaron una «interferencia externa con el objetivo de socavar los cimientos» del Estado.
En este punto, Makei sostuvo que el futuro de Bielorrusia lo decidirá «su propio pueblo y no en las barricadas» con un diálogo «civilizado».
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, pidió a las autoridades bielorrusas que se «abstengan» de utilizar la fuerza contra los manifestantes.
Las protestas continuaron ayer en Minsk y al menos 49 personas fueron detenidas, mientras que hoy se lleva a cabo otra manifestación.