Se celebrará la segunda vuelta que definirá dos de las tres bancas que tiene el Estado en la Cámara alta
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el mandatario electo, Joe Biden, viajan este lunes a Georgia para apoyar a sus candidatos en una elección clave para el control del Senado, un día después de difundirse una conversación en la que el saliente jefe de la Casa Blanca pide a la autoridad electoral de ese estado buscar votos que reviertan su derrota en el estado.
Mañana se celebrará la segunda vuelta por el control de dos de las tres bancas que Georgia tiene en la Cámara alta del Congreso de Estados Unidos, unos comicios que enfrentarán a los candidatos demócratas Raphael Warnock y Jon Ossoff con los republicanos Kelly Loefler y David Perdue, respectivamente.
El resultado acapara la atención porque determinará si Biden, cuyo partido vio mermar su dominio de la Cámara de Representantes en los comicios del 3 de noviembre pasado, contará con una mayoría también en el Senado que le permita llevar adelante su agenda de Gobierno, incluyendo la ratificación de sus nominados a puestos de gabinete.
Dos meses después de las elecciones presidenciales, Trump sigue sin reconocer su derrota pese a las numerosas auditorías, los nuevos recuentos y las múltiples decisiones de los tribunales que señalan lo contrario.
En una sorprendente llamada, el mandatario republicano pidió el sábado a la máxima autoridad electoral de Georgia, el secretario de Estado, «encontrar» las boletas necesarias para anular su derrota en este estado clave. Repitiendo sus acusaciones de fraude, sin pruebas, Trump le dijo a Brad Raffensperger que le habían robado las elecciones.
Sin embargo, pese a las amenazas veladas, el responsable republicano, no cedió. «Pensamos que nuestras cifras son correctas», respondió Raffensperger a Trump. Como un «abuso de poder descarado», valoró el episodio la vicepresidenta electa, Kamala Harris, que se encontraba realizando campaña en Georgia, mientras entre los republicanos, algunas voces también expresaron su indignación. No obstante, Trump disfruta aún de un amplio apoyo dentro del partido.
La senadora Loeffler, que se jugará mañana su escaño por este estado, no respondió a una pregunta sobre el escándalo lanzado durante un acto de campaña. Hace 20 años que Georgia no elige a un demócrata para el Senado. Pero si logran la hazaña, Warnock y Ossoff inclinarán la Cámara alta hacia su partido, otorgando todos los hilos de poder a Biden. De conseguirlo, el Senado quedaría con 50 escaños para cada fuerza, por lo que la futura vicepresidenta Harris tendría el voto decisivo.
Para apoyar a los candidatos republicanos, Trump hará hoy el que debería ser su último gran acto antes de abandonar la Casa Blanca el 20 de enero, en el que se espera que el republicano sea recibido como un héroe en Dalton, una circunscripción rural y conservadora del noroeste de Georgia.
En los actos, las pancartas «Trump 2020» siguen siendo numerosas, más que las de Loeffler, de 50 años, y Perdue, de 71. Biden estará en Atlanta, la capital estatal, donde hará campaña por Warnock, un pastor negro de 51 años, y Ossoff, un productor de 33. Los sondeos muestran a los candidatos muy igualados.
Sobre el papel, los republicanos parten como favoritos en este estado conservador, pero los demócratas se apoyan en la victoria el 3 de noviembre de Biden, el primer triunfo para un demócrata en Georgia desde 1992.