El presidente estadounidense se reunirá el lunes con el primer ministro Fumio Kishida y el emperador Naruhito, y el martes participará en una cumbre que reúne a los gobernantes de Australia, India, Japón y Estados Unidos
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, llegó este domingo a Japón, segunda y última etapa de su primera gira por Asia como gobernante, que tiene como telón de fondo la amenaza norcoreana, las ambiciones geopolíticas de China y la guerra en Ucrania.
Tras visitar Corea del Sur, otro gran aliado de Estados Unidos en Asia, Biden llegó a la Base Aérea de Yokota, al oeste de Tokio, a media tarde.
El presidente estadounidense se reunirá el lunes con el primer ministro Fumio Kishida y el emperador Naruhito, y el martes participará en una cumbre que reúne a los gobernantes de Australia, India, Japón y Estados Unidos.
También presentará una iniciativa de comercio regional, el Marco Económico para la Prosperidad en el Indo-Pacífico.
Poco antes de partir rumbo a Japón, Biden dijo este domingo en Seúl que estaba «preparado» ante un eventual ensayo nuclear de Corea del Norte, pero reafirmó su apertura al diálogo con un singular mensaje al líder norcoreano, Kim Jong-un.
«Estamos preparados para cualquier cosa que pueda hacer Corea del Norte», aseguró Biden.
El mandatario agregó que no le preocupaban los riesgos de un nuevo ensayo armamentístico durante su estancia en la región -algo sobre lo que han advertido funcionarios estadounidenses y surcoreanos.
A la pregunta de un periodista de si tenía un mensaje para Kim, el presidente respondió con un lacónico mensaje: «Hola. Punto final», informó la agencia de noticias AFP.
Estados Unidos ya ha dicho que el diálogo con Corea del Norte sigue abierto, incluso en ausencia de reciprocidad.
Las conversaciones bilaterales están estancadas desde una fallida cumbre de 2019 entre Kim y el entonces presidente estadounidense, Donald Trump.
En Seúl, adonde llegó el viernes, Biden se reunió con el recién electo presidente Yoon Suk-yeol, un conservador proestadounidense que llegó al poder a principios de mayo. Ambos líderes hablaron de intensificar «los ejercicios militares conjuntos en y alrededor de la península coreana», tras señalar la «creciente amenaza» de Corea del Norte.
Yoon señaló que discutió con Biden si deben «desarrollar varios tipos de simulacros conjuntos en preparación para un ataque nuclear».
También señaló la necesidad de contar con «aviones de combate y misiles, un cambio del pasado cuando solo pensábamos en la protección nuclear como disuasión».
Cualquier aumento de fuerzas o expansión de ejercicios militares conjuntos de Estados Unidos y Corea del Sur podría irritar a Corea del Norte, que ve las maniobras como ensayos para una invasión.
La inteligencia surcoreana advirtió que Corea del Norte ha completado los preparativos para una prueba nuclear, que sería la séptima de su historia y la primera en cinco años.
No se descarta que esta prueba tenga lugar antes de que finalice la visita del presidente estadounidense a Asia.
Para aumentar la incertidumbre, Corea del Norte, cuya población no está vacunada contra la Covid-19, se enfrenta actualmente a un brote, con casi 2,6 millones de casos y 67 muertes, según las últimas cifras oficiales.
Biden y Yoon ofrecieron ayuda a Corea del Norte para enfrentar su brote de covid-19.
Antes de salir de Corea del Sur, Biden se reunió con el presidente de Hyundai para celebrar la decisión del gigante automovilístico de invertir 5.500 millones de dólares en una planta de autos eléctricos en el estado sureño de Georgia.
También visitó con Yoon a los soldados estadounidenses y surcoreanos basados en el país asiático, un signo de la «naturaleza verdaderamente integrada» de la alianza económica y militar de ambos países, según un alto funcionario de la Casa Blanca.