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Biden impulsa un plan para combatir el «terrorismo interno»


Las dos amenazas más "mortales", especificó, son los partidarios del supremacismo blanco y los miembros de las milicias antigubernamentales

El Gobierno de Estados Unidos dio a conocer hoy una estrategia nacional para combatir el «terrorismo interno» con la que busca mejorar su análisis de las amenazas, y que incluye el intercambio de inteligencia dentro de las agencias policiales y la cooperación con empresas de tecnología para eliminar contenidos peligrosos en línea.

El Consejo de Seguridad Nacional publicó el plan estratégico, que se produce más de seis meses después de que una turba de insurgentes leales al expresidente Donald Trump irrumpiera en el Capitolio de Estados Unidos mientras el Congreso votaba para certificar la victoria presidencial de Joe Biden.

«El terrorismo doméstico, impulsado por el odio, la intolerancia y otras formas de extremismo, es una mancha en el alma de Estados Unidos que va en contra de todo por lo que lucha nuestro país y plantea un desafío directo a nuestra seguridad nacional, democracia y unidad», señala un comunicado de Biden, que se encuentra en Europa y mañana se reúne con el presidente ruso Vladimir Putin en Ginebra.

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Los extremistas violentos «son una gran amenaza para el país en 2021», dijo por su parte un alto funcionario de la administración a los periodistas bajo anonimato, informó la agencia de noticias AFP.

Las dos amenazas más «mortales», especificó, son los partidarios del supremacismo blanco y los miembros de las milicias antigubernamentales.

Sin embargo, el funcionario subrayó que el plan es «ideológicamente neutral» y aborda todas las formas de terrorismo.

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Se articula en cuatro pilares, que plantean orientaciones amplias más que medidas concretas, con objetivos de «prevención, interrupción y disuasión», preservando las libertades individuales.

En primer lugar, el Gobierno de Biden quiere mejorar el intercambio de información a nivel federal y local sobre grupos extremistas o militantes.

Con ese objetivo, el Departamento de Justicia y la policía federal (FBI) diseñaron un nuevo sistema nacional para denunciar y registrar casos relacionados con el terrorismo.

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El Gobierno también quiere reducir el reclutamiento de extremistas violentos y los llamados a la violencia en colaboración con las grandes plataformas tecnológicas y redes sociales.

Estados Unidos y otros cuatro países se unieron a un esfuerzo para detener la propagación de la violencia extremista en línea, conocido como Christchurch Call , que involucra a unas 50 naciones más compañías tecnológicas como Google, Facebook, Twitter y Amazon, y lleva el nombre de la ciudad de Nueva Zelanda donde tuvo lugar la masacre en las dos mezquitas .

El tercer objetivo del Gobierno es mejorar el sistema de enjuiciamiento de los extremistas mediante la contratación de analistas, investigadores y fiscales adicionales.

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Además, se asegurará de que la policía o el ejército no incorporen a sus filas a militantes extremistas.

El cuarto eje consiste en la lucha contra «los contribuyentes de largo plazo» al terrorismo, que son «las desigualdades económicas, los que se sienten excluidos de la economía del siglo XXI, el racismo estructural y la proliferación de armas», explicó el alto funcionario.

Biden prometió en su discurso de investidura el 20 de enero que el país «derrotará (…) el extremismo político, la supremacía blanca y el terrorismo interno», luego de varios atentados mortales motivados por el racismo o el antisemitismo en los últimos años.

En marzo, el jefe del FBI, Christopher Wray, dijo al Congreso que el número de investigaciones federales sobre «terrorismo doméstico» se había duplicado de 1.000 a 2.000 desde que asumió el cargo en 2017.

El país quedó conmocionado por el asalto en enero al Capitolio por parte de partidarios de Trump. Casi 500 personas han sido arrestadas por su participación en diversos grados, según el FBI.