La capital china sumó 22 casos en las últimas 24 horas, lo que eleva el total de casos del nuevo brote a 227 desde el 11 de junio
Tras varios días de temor por un rebrote de coronavirus, la situación sanitaria en la capital china, Beijing, parece haberse estabilizado en términos de nuevos contagiados, mientras el gobierno local anunció hoy que ya tiene la capacidad para hacer hasta casi 25.000 pruebas diarias para detectar la enfermedad.
Beijing sumó 22 casos de coronavirus en las últimas 24 horas, la misma cifra que en la víspera, lo que eleva el total de casos del nuevo brote a 227 desde el 11 de junio, según datos oficiales.
Las cifras divulgadas por las autoridades parecen mostrar que el brote iniciado en el mercado mayorista de Xinfadi se estabilizó y que, tal y como avanzó la semana pasada el jefe epidemiólogo Wu Zunyou, ya se llegó al pico de casos y apenas hay nuevas infecciones.
Sin embargo, las autoridades siguen testeando a la población. Un funcionario del gobierno municipal aseguró hoy en conferencia de prensa que la capital tiene ahora capacidad de realizar casi 250.000 pruebas diarias, informó la agencia de noticias EFE.
Hasta el momento hizo más de dos millones, es decir más del 10% de su población, y rastrea a empleados de restaurantes, universidades y mercados.
Asimismo, testea a trabajadores propensos a transmitir la enfermedad por su constante contacto con el público, como servicios de suministro de comidas y bebidas, conductores, supermercados y centros comerciales.
Más de 7.500 trabajadores sanitarios hacen las pruebas en 124 centros designados a lo largo de la ciudad, explicó el funcionario.
Sin embargo, uno de los voceros municipales agregó hoy que “es inevitable que de vez en cuando los resultados no sean precisos”. Por eso, aconsejó que quienes no se sientan seguros, se hagan un segundo test, especialmente si residen en zonas de riesgo.
También continúan los trabajos de desinfección, que afectan a restaurantes, mercados y universidades.
El gobierno municipal anunció el martes que Beijing pasaba del tercer al segundo nivel de emergencia, por lo que todas las clases presenciales están suspendidas, y se aconseja a los residentes que trabajen desde casa, mientras que las comunidades en áreas de riesgo «alto» quedaron selladas y no se permite que nadie salga de ellas.
También se mantuvieron las restricciones para salir de la capital y, de hacerlo, se debe presentar una prueba negativa de coronavirus realizada en los siete días previos a la partida.
Estas medidas buscan «impedir que el virus se extienda por la capital o llegue a otras partes de China», explicó el subdirector de Seguridad Pública municipal, Pang Xuhong, la semana pasada.
Por otra parte, la fábrica del gigante de las bebidas gaseosas PepsiCo decidió hoy suspender sus operaciones en la capital tras confirmar ocho casos. Dos de ellos hicieron compras recientemente en el mercado de Xinfadi, según informó el diario Global Times.
El epidemiólogo chino Zhang Wenhong, citado por ese medio, aseguró hoy que «el brote de Beijing no es una segunda oleada del virus» y que se trata más de «un brote espontáneo registrado en un corto periodo de tiempo, y ya bajo control».
Las investigaciones preliminares de los científicos chinos apuntan a que la cepa de este nuevo brote encontrada masivamente en el mercado de Xinfadi proviene de Europa, pero aún debaten cómo habría llegado hasta allí.
Hasta ahora se detectó en una tabla de cortar salmón, pero según los expertos no hay pruebas de que los contagiados se infectaran por comer alimentos contaminados, incluyendo mariscos.