Esther, una vecina de la zona, arrancó con un comedor en marzo de 2020 y hoy no alcanza a cubrir la cantidad de gente que se acerca. “Nos faltan un montón de cosas”, expresó
Por Jerónimo Gallay
Dentro de la cantidad de escenarios negativos que trajo la pandemia de coronavirus, sigue habiendo casos para destacar en los que se resalta la solidaridad de los vecinos en lugares que viven en situaciones muy complejas. Una de las mayores demandas de este último tiempo es la alimenticia y surgieron en los barrios muchos comedores y merenderos que buscan acercarle un plato de comida a aquellos que más lo necesitan.
Es el caso de Esther, una vecina del barrio Toba de Rosario, que en marzo de 2020 montó el comedor “Todo por los niños” en su casa de pasaje San Gerónimo, entre Almafuerte y Reconquista donde comenzó brindándole alimento a las familias de la zona. A los tres meses eran 150 familias las que se alimentaban y actualmente son unas 380 familias.
Además, en la zona también está la escuela San Juan Diego que también ofrece bolsones de alimentos a las familias que lo necesitan. “Una vez por mes las mamás van y retiran las tareas de los chicos y también la mercadería para poder alimentarse”, contó en diálogo con CLG.
“Con mi comedor empecé con voluntad propia, salimos a recorrer lugares para hacernos de un stock de comida y poder brindar un plato a los que más lo necesitan. Ahora me están ayudando desde el Distrito Norte, pero como hace poco que estoy no nos mandan mucha mercadería y con la cantidad de gente que tengo no me alcanza. Nos falta aceite, yerba, harina, azúcar, leche, fideos, un montón de cosas”, detalló.
Por tal motivo, Esther solicita a quienes puedan acercar alimentos como donación para poder brindarle un plato de comida a familias que enfrentan una realidad complicada en medio de una pandemia y temperaturas muy bajas.
“También estamos solicitando a quienes puedan acercar ropa de abrigo, sobre todo para bebés y chicos, porque hace mucho frío para ellos, frazadas, zapatillas, lo que se pueda que va a ser de mucha ayuda para los más necesitados”, remarcó Esther, al tiempo que contaba que muchos niños se acercan descalzos al comedor.
En la misma línea, agregó que “en las casitas precarias de la zona no se aguanta el frío y muchas familias terminan haciendo fuego en sus casas”.
“La pandemia nos arruinó, muchas personas viven del cartón pero hay días que no hay cartones en las calles, tampoco hay trabajo, se hace muy difícil sobrellevar toda la situación a veces”, señaló.
Por otro lado, la referente de la zona aseguró que “es uno de los barrios más destruidos y abandonados de la ciudad”.
“No tenemos pavimento, no tenemos alumbrado, a las 10 de la noche hay oscuridad total, no entran las ambulancias, la policía si no son varios autos no entran tampoco. Si nos pasa algo urgente y necesitamos una ambulancia nunca llegan”, finalizó.
DONACIONES PARA EL COMEDOR
Para poder colaborar con alimentos (azúcar, yerba, harina, aceite, fideo, arroz, polenta, entre otros) y ropa de abrigo, zapatillas o frazadas se pueden comunicar al: 156 430670.