Por José Odisio - CLG
Por José Odisio – CLG
El hincha leproso tiene pocos motivos para sonreír cuando levante la copa este 31 de diciembre y celebre la llegada de un nuevo año. Este 2024 estuvo lleno de frustraciones. Hubo bronca, decepción, resignación. No faltó el desengaño, porque el inicio con Larriera fue prometedor, con un Ramírez encendido y Banega a pleno. Pero todo se derrumbó luego de aquel viaje a Miami y una posterior cadena de decisiones erróneas.
También se ilusionó con una Copa Argentina que le abrió camino con un fixture favorable, pero la derrota con Central Córdoba con una actuación para el olvido, penales incluidos, fue el golpe de gracia final para un año difícil de digerir.
Cuestan encontrar motivos para reconstruir el ánimo e imaginar que en 2025 todo va a cambiar. Las cicatrices deportivas están aún a la vista y no será sencillo recuperar la confianza de la gente.
Newell’s necesita un golpe de efecto inmediato. Un electroshock al corazón del hincha para revivirlo. Y la llegada de Mariano Soso, como todo ciclo nuevo, aparece como una pequeña luz de esperanza, por ahora solamente respaldado por una muestra de tres partidos donde se vio una idea de juego interesante, lo que no es poco.
Soso no es mago, eso está claro. Pero sí necesitará del Mago. El DT necesita refuerzos para armar la estructura del equipo y Capria deberá actuar rápido y sin errores, o al menos no fallar tanto como la gerencia deportiva anterior. Hace falta un 2, un 3, un 5, un 8 y un 9. Pero más allá de números y posiciones, la necesidad pasa por traer refuerzos con personalidad, que puedan asumir un desafío enorme. Porque el hincha llega con la paciencia desgastada y no habrá mucho margen a la hora del aguante. Y el Clásico en la sexta fecha es la primera gran prueba que puede marcar el destino de este nuevo ciclo.
En un año político con elecciones al final del camino, Newell’s transitará todas las competencias con los estados externos alterados. Por eso será clave que Soso y el equipo eviten entrar en esa locura. Al hincha se le puede pedir poco. La banca estará asegurada, como siempre, pero ya no hay lugar para más decepciones.