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Avance médico: una cinta pectoral que predice el infarto


La conexión entre la tecnología y los avances médicos es innegable y cada vez mayor. Este caso no es diferente. Se trata de HC-One: un dispositivo capaz de detectar un infarto a tiempo para que el paciente pueda ser tratado y salvar su vida.

Es una cinta pectoral, desarrollada y comercializada por Worldwide Heart Control, a cargo de la CEO Patricia Abella. Si se utilizara de forma generalizada, la misma podría llegar a salvar unas 350.000 vidas al año, solamente en Europa.

La idea surgió en un proyecto de fin de curso de una enfermera, Nadine Badillo. Sin embargo, no se desarrolló y «quedó en un cajón», según calificó Abella. Ella fue la encargada, con el permiso de Badillo, de impulsar esta idea y volverla una realidad.

La CEO aseguró a La Vanguardia: «Hicimos algunos cambios, y hoy tenemos un prototipo que funciona y ofrece los estándares que queríamos alcanzar, que era nuestro gran reto».

«El dispositivo es una banda pectoral que, a partir de un electrocardiograma continuado del usuario, permite detectar si hay alguna anomalía cardíaca y comunicarla a la persona o, en caso de que sea grave, como un infarto, activar un protocolo para avisar a los servicios de emergencia para que puedan llegar lo antes posible», detalló. Y agregó: «En la mayoría de casos, las muertes por infarto ocurren porque no se llega a tiempo a atender a la persona que lo padece».

El tiempo es la clave fundamental en este tipo de casos para poder salvar la vida de una persona. De ahí, la importancia de predecirlo y lograr atención médica lo antes posible. «Desde que se produce el infarto hasta que se puede garantizar la vida de la persona son 5 minutos. Por ello, hay que llamar a la ambulancia en el mismo instante en que tiene lugar el infarto», sostuvo Abella.

El producto aún no se fabrica, sólo se tienen algunos prototipos. En este sentido, contó: «Las primeras unidades las haremos en España, en series pequeñas, y luego, por una cuestión de costes, es muy probable que fabriquemos en China».

En cuanto a la comercialización, aclaró: «Por las características del producto, tenemos dos opciones para salir al mercado. O bien hacerlo como un pulsómetro deportivo pensado para runners, ciclistas, etc., o bien como medical device, pero, en este segundo caso, el proceso para llegar al mercado es mucho más largo porque son necesarias unas certificaciones y validaciones del ámbito sanitario».

Aunque el HC-One no esté aún al alcance de todos, la idea es que sí. De hecho, tienen una proyección interncaional. «Lo haremos a través de distribuidores que ya se han interesado por el producto, y nuestros mercados principales, por proximidad, son Francia, Alemania, Italia y Gran Bretaña». Los más lejanos deberán esperar un poco más.