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Autocuidado y micronutrientes: aliados para la prevención de enfermedades


El sistema inmunológico es una compleja red de células, proteínas y sustancias químicas que combaten patógenos potenciales y nos protegen de las infecciones

Como cada invierno, los datos epidemiológicos indican un aumento de enfermedades virales, como la influenza, el virus sincicial respiratorio y la presencia del conoravirus, entre otros y con la proliferación de estornudos y dolores de garganta en oficinas, casas y medios de transporte, llega la inquietud por cómo fortalecer nuestras defensas y prevenir posibles contagios.


El sistema inmunológico es una compleja red de células, proteínas y sustancias químicas que combaten patógenos potenciales y nos protegen de las infecciones. Es decir, es la forma en que el cuerpo se defiende, tanto en la prevención como en la minimización del daño e intensidad y duración de los síntomas una vez que se contrae una infección.


El funcionamiento del sistema inmunitario se relaciona con determinados micronutrientes, que son pequeñas cantidades de vitaminas y minerales, generalmente derivados de la ingesta de alimentos, requeridos por el cuerpo para la mayoría de las funciones celulares. Una ingesta nutricional adecuada es fundamental para una función inmunitaria óptima.

Paradójicamente, ocurre que cuando nos contagiamos el organismo requiere una mayor demanda de micronutrientes para la recuperación. Sin embargo, factores asociados a la enfermedad, tales como la falta del apetito, la fiebre o pérdida de líquidos corporales a través de por ejemplo la sudoración, generan una mayor pérdida de micronutrientes.


Entramos así en un círculo entre demanda y pérdida de micronutrientes que puede traer aparejado la prolongación de los síntomas, fatiga y cansancio luego de la enfermedad. De hecho, todos los días estamos expuestos a patógenos potenciales a través del contacto, la ingesta y la inhalación. Por otro lado, las infecciones frecuentes como resfríos o gripes, la fatiga, problemas de estómago, cambios drásticos en el peso corporal y hasta que las heridas demoren más en sanar, son algunos signos de una inmunidad debilitada.

«Hay acciones que podemos llevar adelante en nuestra rutina diaria para reforzar el sistema inmune: una dieta sana que incluya muchas frutas y verduras, hacer ejercicio regularmente, dormir bien, lavarse las manos frecuentemente, ventilar los ambientes, no fumar y limitar el consumo de alcohol. En definitiva, un estilo de vida saludable es el mejor refuerzo inmunológico. Existen suplementos que pueden ayudar a que nuestro cuerpo obtenga los requerimientos nutricionales necesarios para fortalecer el sistema inmune y así tener una buena respuesta frente a la exposición viral o la vacunación», dijo la Dra. Luciana Armengol, Médica Especialista en Medicina Farmacéutica y Gerenta Médica en Bayer Cono Sur (M.N. 112.756).


La médica añadió: «Las vitaminas ayudan a liberar energía de los alimentos que se ingieren, desempeñan un papel en la síntesis de ADN y actúan como antioxidantes para proteger a las células del daño oxidativo».

La vitamina C, por ejemplo, es un nutriente esencial utilizado para reparar tejidos dañados y para la formación de neurotransmisores y enzimas. Esta vitamina, ayuda a regular el metabolismo, sistema inmune y presión arterial. Se puede encontrar en frutas como la naranja, frutilla, kiwi, limón, y verduras como las arvejas, brócoli, tomate, kale, zucchini, entre otras fuentes naturales. Es posible también, que sea necesario reforzar la ingesta de vitamina C a través de la suplementación para asegurarnos de tener la cantidad necesaria todo el año y no solo en invierno.


Algunos beneficios adicionales de esta vitamina son: protección de la salud de la piel, colaborando en la generación de colágeno, la recuperación de heridas y previniendo el envejecimiento causado por rayos UV, tiene un efecto antioxidante, logrando neutralizar sustancias perjudiciales para la salud como el humo del cigarrillo y polución, entre otras.

Además, ayuda a reducir los síntomas del resfrío común y la gripe, ya que tiene acción antiinflamatoria, disminuye la intensidad y la duración de síntomas, reduce el número de episodios en niños con infecciones respiratorias recurrentes y tiene efecto antihistamínico. También favorece la absorción de hierro y la eliminación de colesterol, es indispensable para el adecuado crecimiento, desarrollo y funcionamiento de todos los órganos, ayuda a mejorar la salud bucal, y favorece la generación de anticuerpos.


Por otro lado, la vitamina D es uno de los más poderosos nutrientes, ya que modula y coordina el sistema inmune. Favorece la integridad de la piel y tejidos, promueve la producción de nuevos componentes celulares inmunológicos, estimula el movimiento celular hacia el sitio de infección y disminuye el riesgo de infección respiratoria aguda. La forma más natural de generar vitamina D es exponiéndonos al sol (rayo UVB) unos minutos diariamente. De esa manera, nuestro cuerpo produce la vitamina D.


Asimismo, los alimentos que contienen vitamina D son el pescado, leche y huevos.

Por su parte, el zinc es un mineral que ayuda a controlar la inflamación provocada por las infecciones, posee acción antiviral y alivia los síntomas del resfrío común en adultos. Asimismo, contribuye a la correcta producción de la hormona tiroidea y aumenta la conversión de T4 y T3. Al igual que la vitamina C, favorece la producción de anticuerpos y también tiene efectos beneficiosos en la función inmune del intestino. El zinc no está tan disponible en vegetales y frutas como sí en fuentes animales.


Es por esto, que es difícil encontrarlo en dietas bajas en proteínas, lo que hace aún más necesario reforzar este mineral a través de suplementos nutricionales.

«Los suplementos multivitamínicos son importantes aliados para el autocuidado del sistema inmune y son parte fundamental de la estrategia de autogestión y bienestar en salud. Se encuentran disponibles numerosos formatos y presentaciones de suplementos multivitamínicos. Hay comprimidos recubiertos, comprimidos efervescentes, pastillas masticables, entre otros. Estos suplementos nutricionales, contienen las dosis diarias suficientes para suplementar o reforzar dietas deficientes y, siempre que se tomen según la recomendación del médico o la indicación del envase/prospecto, son bien tolerados por la población general», profundizó la Dra. Armengol.


La cantidad precisa de vitaminas que se deben consumir dependen de la edad, sexo, estado de salud y actividad física de cada persona.

«Existen unas recomendaciones generales que se llaman Ingestas Dietéticas de Referencia (IDR) que nos dan una orientación de cuánto necesitamos cada día. Sin embargo, estas cantidades pueden variar según cada persona y su situación particular. Por eso, lo mejor es consultar con un profesional», concluyó la médica.