Los combustibles crecen mes a mes y muchos se vuelcan al gas, aunque desde la Cámara de GNC local destacan que la gente no tiene plata para comprar equipos
En lo que va de 2019 se ha registrado una suba del 13% en los precios de las naftas y se prevé un nuevo incremento para junio. Por eso, el GNC sigue siendo una opción rentable para los automovilistas. El sector, sin embargo, no está exento de los avatares de la crisis económica argentina y registra menos instalaciones de equipo en vehículos, porque la gente «no tiene el poder adquisitivo» para las mismas.
Con La Gente dialogó con Ricardo Ciavarra, tesorero de la Cámara de GNC en la ciudad, quien consideró que “con la falta de dinero, la gente se vuelca al GNC pues sigue siendo un muy buen ahorro, un 60% de bolsillo con respecto a la nafta”. Sin embargo, aclaró: “El problema principal es que pasás presupuestos y no todos se concretan, porque no hay dinero. Hacés diez presupuestos y concretás cuatro o cinco”.
El representante de la Cámara de GNC recordó que “2016 y 2017 fueron de recesión total, malísimos para el sector. Fueron los dos peores años. Fue un pico grande de aumento del gas y de la nafta”. Y añadió: “En 2017 cerraron un 10 o 15% de los talleres de GNC, 6 o 7 en un año. No había forma de mantenerse. En 2018 repuntó, las diferencias volvieron a ser más o menos las mismas entre la nafta y el gas. Y hoy nos mantenemos, no cayó, puede que quede estable, pero no cayó”.
Ciavarra, que además es uno de los primeros instaladores de equipos de GNC del interior del país y trabaja en el tema desde 1986, explicó que desde el sector “no aumentaron tanto los precios”. Y ejemplificó: “El equipo más moderno, uno de quinta generación, con un tubo de 60, hoy vale 41 mil pesos, cuando ese mismo precio valía en noviembre del año pasado. Una renovación de oblea vale 950 pesos, desde el año pasado. La suba del dólar apenas retocó un poco los costos”.
De todas maneras, Ciavarra indicó que “la situación es muy complicada para todos” y que “mantener el negocio está costando un montón”. Pero que han tratado de sostener los precios y no subir de forma desmedida la mano de obra. “Hemos estado colaborando con la gente, porque sabemos que le cuesta y, además, otro poco es para poder trabajar. Quizás tenemos un poco menos de entrada, pero seguimos trabajando”, expresó.
“En otras épocas, presupuesto que dabas, lo concretabas. Hoy no sucede. La gente tiene ganas de ponerlo, pero pese a que tenemos las opciones del Ahora 12, las tarjetas están en rojo. Se complica porque la gente sigue estando con un problema grave de dinero. En nuestro rubro, los precios no van a aumentar mucho, mientras el dólar no se vaya a 50”, analizó Ciavarra. Y concluyó: “Siempre ocurrió que hubo gente que no puede colocar los equipos y otros que sí, pero en un porcentaje tan alto de venir y no poder hacerlo no se estaba dando”.