Una iglesia, un centro vacacional y una casa fueron incendiadas durante la madrugada de este jueves en la región de La Araucanía, en el sur de Chile, un día después de la muerte de un joven mapuche tras un disparo policial.
Los ataques afectaron a la iglesia Santa Ana, en el interior de la comuna de Ercilla; al centro turístico Quelén, emplazado en la ribera del Lago Lanalhue, y una casa en la localidad de Quidico, de acuerdo a reportes policiales.
Ningún grupo, de momento, se había adjudicado los ataques, que tampoco habían dejado víctimas.
Los hechos se registraron tras la muerte la tarde del miércoles de un joven mapuche -Camilo Catrillanca, de 24 años- después de recibir un disparo en la cabeza en medio de un operativo policial desplegado en una comunidad indígena en la región de la Araucanía (sur), epicentro del conflicto mapuche.
Catrillanca conducía un tractor junto a un menor cuando recibió el disparo que le provocó la muerte. La Policía afirma que el tiroteo se produjo como resultado de un operativo para detener a un grupo de encapuchados que intentó asaltar con violencia a profesores y alumnos a la salida de un colegio de la zona.
«Es un delito común cometido por personas que tienen antecedentes delictuales, no hay ninguna situación de tipo étnico», dijo el director de Carabineros, Hermes Soto, a periodistas.
Pero el operativo policial en el que resultó muerto el joven mapuche fue desarrollado por el llamado Comando jungla, un grupo especial de la policía chilena -una parte de él formado en Colombia- para contender acciones de resistencia de grupos mapuches que reivindican tierras ancestrales en esa zona.
Catrillanca «no estaba en el enfrentamiento, venía de su trabajo en un tractor cuando se encontró con el Comando Jungla quienes le dispararon sin mediar provocación alguna», afirmó por su parte, la abogada de comuneros mapuche Karina Riquelme.