En el ataque a la revista satírica fue el 7 enero de 2015 y murieron 12 personas, dos días más tarde un supermercado kosher sufrió otro ataque similar donde asesinaron a 4 rehenes
La Justicia francesa inició hoy un juicio contra 13 hombres y una mujer acusados de estar involucrados en el ataque de 2015 contra el semanario satírico Charlie Hebdo y un supermercado kosher en París que marcaron el inicio de una ola de violencia extremista en Europa.
En el ataque de enero de 2015, murieron 20 personas, entre ellas tres de los atacantes, miembros del grupo AQAP, la rama yemení de Al Qaeda.
Ese mismo año, una célula del Estado Islámico (EI) integrada por combatientes franceses y belgas volvió a atacar en París, matando a 130 personas en la sala de conciertos Bataclan, el estadio nacional y en bares y restaurantes.
Las personas que comenzaron a ser juzgadas hoy en Francia están acusadas de comprar armas, autos y colaborar con la logística para cometer los ataques de enero de 2015 y la mayoría asegura haber colaborado creyendo que ayudaban a planear a crimen común; tres de ellos están siendo juzgados en ausencia dado que se marcharon de Francia para unirse a las filas del EI.
“El juicio establecerá y confirmará que los dos ataques fueron coordinados. Uno fue un ataque a la libertad de expresión y el otro fue contra los judíos porque eran judíos”, expresó esta mañana en declaraciones a la radio RTL Francois Hollande, el entonces presidente de Francia.
Los ataques entre el 7 y 9 de enero de 2015 comenzaron durante una reunión editorial en Charlie Hebdo, cuyas oficinas eran vigiladas por la policía y no estaban identificadas después de que recibieran amenazas tras la publicación, un año antes, de unas caricaturas del profeta Mahoma.
Los hermanos Cherif y Said Kouachi abrieron fuego y mataron a 12 personas antes de huir en un vehículo robado y reivindicar el ataque en nombre de la rama yemení de Al Qaeda.
Dos días después, en vísperas de shabat (el día sagrado en la liturgia judía), Amedy Coulibaly irrumpió en un supermercado kosher y mató a cuatro rehenes en nombre del Estado Islámico, en el mismo momento en el que los hermanos Kouachi tomaban el control de una imprenta en las afueras de la capital francesa.
Los atacantes murieron ese día durante redadas policiales casi simultáneas.
Varios días después, los investigadores descubrieron que Coulibaly también era responsable de la muerte aparentemente azarosa de una joven policía el día anterior.
Los investigadores necesitaron dos semanas para desentrañar la red de colaboradores con la que contaron los atacantes.
Para ese entonces, Hayat Boumedienne, que estaba casada con Coulibaly, se había ido a Siria con la ayuda de dos hermanos también acusados en el caso. La mayoría de los 11 que fueron detenidos y están siendo juzgados insisten en que su ayuda en los asesinatos en masa fue involuntaria.
Además del repudio mundial a los ataques, el episodio fue visto como una enorme falla de los servicios de inteligencia franceses, que apenas unos meses antes habían dejado de hacer seguimiento a las conversaciones telefónicas de los hermanos Kouchi.
Al menos uno de ellos se había entrenado con Al Qaeda en Yemen y había sido condenado por un delito anterior de terrorismo; los dos lograron escapar fácilmente de los controles de seguridad antes de ser atrapados dos días después de abrir fuego en la redacción de la revista.
“El gobierno falló. Si los servicios de inteligencia hubieran hecho su trabajo, esto no habría sucedido”, opinó Isabelle Coutant-Peyre, abogada del único acusado en el tribunal que enfrenta la posibilidad de una cadena perpetua.
“Las víctimas no solo quieren un veredicto de culpabilidad, sino justicia real. La verdad debe salir a la luz», agregó la abogada, citada por la la cadena de noticias CNN.
El juez principal se negó a pronunciarse sobre la solicitud de Coutant-Peyre de retrasar el juicio para saber más sobre la venta de las armas a los hermanos Kouachi y Coulibaly, algo que los investigadores nunca lograron determinar.
Su cliente, Ali Riza Polat, está acusado de servir como vínculo entre los hermanos Kouachi y Coulibaly.
Según la investigación judicial, participó en cada etapa de la planificación del ataque, organizó líneas telefónicas seguras, verificó el precio de explosivos y municiones y viajó con Coulibaly a Bélgica.
El juicio se inició hoy en medio de estrictas medidas de seguridad, con múltiples controles policiales en los alrededores y la sala desbordada mientras en los alrededores, los kioscos de revistas exponían el último número de la revista Charlie Hebdo con una desafiante tapa con una caricatura de Mahoma.