La abogada de Julian Assange declaró el domingo que el fundador de WikiLeaks está dispuesto a cooperar con las autoridades suecas si reabren el caso de violación contra él, pero que su prioridad sigue siendo evitar una extradición a Estados Unidos.
«Estamos absolutamente felices de responder a estas preguntas si y cuando estas se presenten», declaró Jennifer Robinson a Sky News.
«La cuestión clave por el momento es la [petición de] extradición de Estados Unidos», agregó.
Assange se encuentra en detención tras su arresto el jueves en la embajada de Ecuador en Londres, donde había encontrado asilo hace siete años para escapar a una orden de detención británica por acusaciones de violación y de agresión sexual en Suecia, que siempre ha negado.
La denuncia por agresión sexual prescribió en 2015, y Suecia abandonó después los cargos en el segundo caso en mayo de 2017, a falta de poder hacer avanzar la investigación.
Pero con el anuncio de su detención, la abogada de la denunciante reclamó la reapertura de la investigación.
El australiano de 47 años fue detenido también en relación a una orden de extradición de Estados Unidos, que le acusa de haber ayudado a la exanalsita de inteligencia estadounidense Chelsea Manning a obtener una contraseña de acceso a miles de documentos clasificados.
Esta orden sera examinada por la justicia británica el 2 de mayo.
Si Suecia pide su extradición, «pediremos las mismas garantías que ya hemos formulado, que [Julian Assange] no sea enviado a Estados Unidos», declaró Robinson.
La letrada explicó que su cliente se refugió en la embajada de Ecuador ante la falta de estas garantías.
Más de 70 parlamentarios británicos firmaron una carta dirigida al ministro del Interior en la que piden dar prioridad a una posible orden de extradición sueca.
«Julian nunca ha estado preocupado por hacer frente a la justicia británica o la justicia sueca», aseguró Robinson. «Este caso es y siempre ha sido sobre su preocupación de ser enviado frente a la injusticia estadounidense».
La abogada también calificó de «escandalosas» las acusaciones de Quito contra el comportamiento de Assange dentro de la embajada, que habría «manchado las paredes con sus excrementos».