El número de fallecidos por la explosión en una toma clandestina de combustible en Tlahuelilpan, en el estado mexicano de Hidalgo, se elevó a 115, según las cifras que actualizó el ministro de Salud, Jorge Alcocer.
«Tenemos un total de 115 fallecidos a nivel hospitalario y con lo que se ha recogido hasta ahora», apuntó el ministro, que detalló que unas 30 personas siguen hospitalizadas, tres de ellas en un centro especializado en Galveston (Texas, EEUU).
«Todavía la mitad de los heridos tienen que pasar una terapia intensiva» para lograr una situación «más estable», aunque desde la perspectiva médica “esto va mucho mejor», explicó el ministro, según la estatal agencia Notimex.
El 18 de enero, un grupo de pobladores del municipio de Tlahuelilpan, en el céntrico estado de Hidalgo, reventó un ducto de combustible y empezó a robar de modo muy rudimentario el líquido.
Tras unas dos horas, y pese a la presencia del Ejército que poco pudo hacer para controlar la multitud de centenares de personas que se acercaron a recoger gasolina, se registró una fuerte explosión.
Desde que asumió la presidencia, el 1 de diciembre último, Andrés López Obrador lanzó un plan para combatir el robo de combustible que se realiza a través de los ductos de la empresa estatal Pemex, delito que genera pérdidas millonarias para la compañía.
Reforzó por eso con miles de agentes la seguridad en los ductos y se transportó más gasolina con camiones cisterna, lo que derivó en una crisis de desabastecimiento en diez estados del país.