Este tipo de catástrofe es frecuente en el país, sobre todo en las zonas rurales pobres porque las casas están mal construidas y se hallan en áreas de riesgo
Al menos 113 personas fallecieron debido a inundaciones repentinas registradas la noche del miércoles en la provincia de Nuristán, en el noreste de Afganistán, y otras 110 siguen desaparecidas, según las autoridades de ese país.
El fenómeno provocado por lluvias torrenciales en el distrito de Kamdesh, 200 kilómetros al noreste de Kabul, «alcanza ahora los 113 muertos», informó Tamim Azimi, vocero del ministerio afgano de gestión de catástrofes.
Además «110 siguen desaparecidas, 173 casas quedaron totalmente destruidas, así como diez comercios y seis puentes», añadió el funcionario, consignó la agencia de noticias AFP.
El distrito de Kamdesh, fronterizo con Pakistán, es una zona montañosa y de difícil acceso.
«La zona está bajo control talibán (…) pero hemos podido enviar equipos de socorro junto a los de la Media Luna Roja afgana», indicó Azimi y precisó que seguía en marcha la búsqueda de desaparecidos.
Saeed Momand, vocero del gobernador de la provincia, confirmó el balance de 113 muertos, pero dijo que el número exacto de desaparecidos todavía no es definitivo.
Este tipo de catástrofe es frecuente en el país, sobre todo en las zonas rurales pobres porque las casas están mal construidas y se hallan en áreas de riesgo. Suelen causar decenas de víctimas cada año.
Una inundación repentina causó más de cien muertos en agosto de 2020 en la ciudad de Charikar, capital provincial de Parwan, a unos 60 kilómetros de Kabul.
La falta de equipos y de infraestructura dificulta las tareas de rescate y el transporte de ayuda en las zonas aisladas de este país empobrecido por 40 años de guerra.
El incidente se produce cuando el gobierno lucha contra una ofensiva general de los talibanes, que se han apoderado de territorios extensos en pocos meses.
Afganistán también se enfrenta a una tercera ola de Covid-19.