A casi 500 años de su construcción, hallaron pruebas de la existencia de The Red Lion
Los restos del teatro isabelino The Red Lion, en el barrio londinense de Whitechapel, construido en 1567 y hasta hace poco pasto de elucubraciones sin mayor asidero que la leyenda, fueron descubiertos por arqueólogos del University College de Londres, a casi 500 años de su construcción.
Eso lo hace el teatro más antiguo de Inglaterra, que data del período que se inició con el reinado de Isabel I en 1558, y estaba construido en el patio de una granja, donde también se servían bebidas y refrigerios a los eventuales espectadores, señaló la prensa de aquel país.
El lugar elegido fue una granja a las afueras de la City londinense, en el actual distrito de Tower Hamlets, y su objetivo era construir un teatro para albergar las obras de las numerosas compañías itinerantes de la época Tudor, y probablemente fue el primer lugar diseñado específicamente para esta función en Europa desde los tiempos de la Antigua Roma.
Creado por el comerciante John Brayne, el teatro costó unas 20 libras de entonces y tenía un escenario de 12 metros de largo por nueve de ancho, con el piso a una altura de metro y medio, ya que los espectadores asistían de pie a las funciones, que siempre se representaban a la luz del día.
El tablado contaba con «trampas» en el piso para la aparición subrepticia de los actores y una torre de casi diez metros de altura que servía para anunciar los espectáculos o para realizar números acrobáticos.
Su lejanía del centro de Londres conspiró para que su historia no fuese demasiado larga, ya que el público era reacio a participar en la temporada invernal porque para llegar a él había que cruzar a campo traviesa numerosos sembradíos.
Según las especulaciones, la única obra que se presentó allí fue “La historia de Sansón”, sobre la leyenda bíblica, y a su decadencia se sumó la apertura de otro recinto, en Shoreditch –al norte de la City-, The Theatre, también de Brayne, destinado a compañías de mayor prestigio y temporadas más prolongadas.
Allí se habrían representado las primeras comedias de un joven William Shakespeare, en la década de 1590.