Una empresa argentina desarrolló el primer sistema del mundo capaz de integrar en una única pieza al núcleo húmedo de la casa -cocina, baño y lavadero- reduciendo en un 40 por ciento el tiempo de construcción de la vivienda, una innovación que presentarán a principios de marzo en la JEC Innovation Awards de París.
«Logramos industrializar el núcleo húmedo y construirlo en una fábrica, donde podemos hacerle un control completo de calidad y de las instalaciones de gas, luz y cloacas, para luego llevarlo a la vivienda», dijo a Télam Sebastian Kennel, presidente de Materiales Compuestos (MC), empresa que lleva adelante el proyecto.
Éste es el primer módulo mundial de este tipo fabricado con materiales compuestos, una combinación de fibras y resinas, y permite ahorrar 1.323 litros de agua que demanda la construcción tradicional para la mezcla de cemento, limpieza de obra y adherencia de ladrillos.
«Son materiales semejantes a los que se usan para hacer desde trenes bala y chasis de autos hasta la suela de un botín de fútbol, pero que nunca se había aplicado para la construcción del núcleo húmedo de una casa», indicó Kennel, de profesión politólogo y asociado con un ingeniero y un arquitecto.
A pesar de que en los últimos años se han incorporado métodos de construcción «en seco» para evitar las demoras que genera la edificación tradicional -que usa cemento y ladrillos-, aún hoy lleva mucho tiempo levantar la cocina, el baño y lavadero de una casa, complejo ligado estrechamente a la atención primaria de la salud y a la calidad de vida.
«Son partes que demandan el trabajo coordinado de especialistas en plomería, electricidad, albañilería y otros rubros, por lo que ante cualquier inconveniente se demora la construcción y se multiplican los costos», explicó el presidente de la empresa.
El prefabricar este sector de la casa permite, una vez que está listo, instalarlo en la obra y sólo levantar las paredes y techo, que son los trabajos que pueden hacerse más rápido y con un menor nivel de complejidad técnica.
Actualmente el módulo Núcleos Húmedos es sometido a pruebas de calidad por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y el Instituto de la Vivienda de la Nación y esperan tener una respuesta positiva «en los próximos dos meses».
«Hemos hablado con autoridades del Ministerio del Interior -encargado de coordinar la ejecución de viviendas sociales- y se mostraron muy interesados tanto por su eficiencia como por el ahorro en la discusión de redeterminación de precios», afirmó.
Kennel explicó que al reducir el tiempo de la construcción disminuye también la diferencia de costos entre el inicio de ejecución de obra y el momento de su pago efectivo.
Respecto de su valor, los desarrolladores argentinos tienen cuatro prototipos en marcha que van desde los US$ 6.500 -que incluye baño completo con paredes técnicas de cocina y lavadero- hasta los US$ 11.500 -con electrodomésticos, aberturas y cerramientos instalados-.
En cualquiera de los casos, el valor es de hasta un 10% menos que en el sistema tradicional y, según afirman, reduce «a casi cero el costo de mantenimiento» por el tipo de material empleado en la construcción.
El proyecto, anunció la firma, «es el único de Latinoamérica que participará el próximo 7 de marzo en el JEC Innovation Awards 2018 de París» que desde hace 20 años premia la innovación y el efecto del uso de materiales compuestos, compitiendo con dos que presentarán Francia y Finlandia.
«Nunca nadie pensó en unir el núcleo húmedo en un solo elemento y construirlo íntegramente en materiales compuestos. De allí lo revolucionario del proyecto y lo que motivó que nos contactaran desde tres empresas muy importantes de México, Brasil y Asia para asociarse con nosotros», dijo orgulloso Kennel.
Por ahora la empresa cuenta con una planta en la zona de Pilar con una capacidad de producción de 50 módulos húmedos diarios, pero aseguran estar en condiciones de que, si la demanda es mayor a las 300 unidades, hacer «plantas itinerantes» y montarlas en los lugares de la obra.
Según la ONU, al menos 2.400 millones de personas carecen de acceso a baños en el mundo y las enfermedades generadas por la falta de sanidad habitacional implican un índice de mortalidad más alto que el HIV, la tuberculosis y la malaria juntos.