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«Argentina tendrá una constelación de satélites de observación de la tierra»


Lo anunció la jefa del proyecto Saocom, Josefina Pérès. El nuevo lanzamiento está previsto para fin de mes

La jefa del proyecto Satélite Argentino de Observación Con Microondas (Saocom) de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae), Josefina Pérès, aseguró hoy que con el nuevo lanzamiento previsto para fines de julio, «Argentina por primera vez tendrá una constelación de satélites» trabajando juntos como un único sistema y «con tecnología radar».

Es que en octubre de 2018 ya fue lanzado el Saocom 1A de idéntico diseño, al que ahora se sumará el 1B, y ambos actuarán «en tándem» en el relevamiento de información, orbitando a 620 kilómetros de altura.

«El lanzamiento del Saocom 1B es un hito porque termina de completar la misión y será la primera vez que Argentina tenga una constelación de satélites de observación de la tierra», dijo a Télam esta ingeniera electrónica de 38 años desde Bariloche, donde está a cargo de dar soporte a las operaciones tras el lanzamiento.

Pérès explicó que los satélites argentinos trabajarán en conjunto con los cuatro Cosmo-Skymed de la Agencia Espacial Italiana (ASI) y los seis conforman el Sistema Italo-Argentino de Satélites para la Gestión de Emergencias (Siasge) que es «la misión más grande» entre ambos organismos.

«Los Cosmo están en la misma órbita y tienen la misma tecnología radar pero en otra banda, y esto permite captar imágenes de un mismo lugar y al mismo tiempo en dos (anchos de) banda (electromagnética) distintos», dijo.

Josefina Pérès

Esto es muy útil en el caso de emergencias –como incendios, inundaciones, erupciones, terremotos, avalanchas y derrumbes-, cuya gestión requiere una mayor «revisita de los mismo lugares» y que «el tiempo entre captaciones se reduzca», indicó.

Pérès es una de las dos científicas al frente de la Misión Saocom de la Conae -por encima de las cuales sólo está el presidente del organismo- y mientras la doctora en Ciencias Físicas Laura Frulla es la «investigadora principal» que tiene a su cargo la definición de los datos a obtener (aplicaciones), ella es la «jefa de proyecto» que se encarga de la ingeniería, el desarrollo y construcción tanto del satélite como del instrumento de observación necesario para relevar esos datos.

«La tecnología radar no se conocía en Argentina y estos dos primeros satélites que construimos ya derramaron conocimiento tecnológico y formación profesional antes de entrar en órbita», afirmó.

La científica contó que «hasta ahora los satélites de observación de la tierra llevaban instrumentos de tipo óptico».

La ventaja de los satélites radares de observación en relación a los ópticos es que «no necesitan de la luz para captar imágenes, lo que permite observar la tierra 24 horas los siete días de la semana, ya sea de día o de noche o haya nubes».

«Eso le da mucha potencialidad porque por cada vez que hagas una captación satelital, tenés una imagen», apuntó.

No obstante, en última instancia, la decisión de desarrollar un satélite óptico o radar depende de «las aplicaciones puntuales» a las que esté destinado, y «podes preferir uno u otro» según éstas.

«Por ser radar, tiene otra interacción con el terreno y te da otro tipo de información, como por ejemplo el nivel de humedad del suelo que es útil para la gestión del agua, porque si está muy seco es propenso a incendios y si está muy húmedo se puede saturar e inundar», explicó.

El hecho de operar en un ancho de «banda L» del espectro electromagnético, le permite al radar «penetrar» en la superficie y brindar información tanto sobre «productividad del suelo» como de «riesgo de enfermedades de cultivos».

Con la información relevada también se podrá desarrollar un «mapa de elevación del terreno» que permitirá «conocer su inclinación» y «gestionar el drenaje del agua».

Los dos satélites Saocom «son el quinto y el sexto de observación de la tierra de la Conae» y fueron desarrollados y fabricados por esta Comisión con las empresas Veng e Invap, y la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), el laboratorio GEMA de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y unas 80 empresas del sector espacial nacional.

«Su diseño, construcción y puesta en marcha fue realizado íntegramente en Argentina: hay componentes estándar -como el equipo de comunicación- que se compran, pero el desarrollo del radar, de la ingeniería en sistemas y el diseño/construcción/armado de la gran mayoría de las cajas de electrónica que componen el satélite es completamente nacional», explicó.

Pérès puntualizó que «son los dos primeros» en los que «todo el instrumento y la plataforma» fueron desarrollados y fabricados en el país.

El lanzamiento desde Cabo Cañaveral estará a cargo de SpaceX y el Saocom 1B es la primera misión no estadounidense que esta empresa norteamericana transporta al espacio en tiempos de pandemia.

En Estados Unidos desde el 3 de julio, la delegación técnica argentina responsable de la campaña de lanzamiento ingresó a SpaceX este lunes después de realizar una cuarentena preventiva de nueve días y pasar dos test de coronavirus.

La delegación está conformada por el director ejecutivo y técnico de la Conae, Raúl Kulichevsky, y cinco profesionales del organismo; junto al representante de la gerencia general de Invap, Guillermo Benito, y once profesionales de esa empresa.

Todos conforman el equipo que trabajará en la etapa de ensayos y pruebas del satélite previa a su lanzamiento y durante esta operación.

En total, del lanzamiento participarán más de 50 profesionales distribuidos en Estados Unidos y Argentina.

En el Centro de Control de Misión ubicado en el Centro Espacial Teófilo Tabanera en la localidad cordobesa de Falda del Carmen, se recibirán las primeras señales de vida en el espacio del Saocom 1B y desde allí se controlará el satélite en forma constante.

Para chequear todas las variables y poner en funcionamiento al satélite se dispusieron equipos apostados en tres salas de soporte, una en la sede de la Conae de Buenos Aires y otras dos en sedes de Invap, en Córdoba y Bariloche.