Con mucho sufrimiento. Así consiguió Argentina su primer triunfo en el Mundial U17 que se desarrolla en Rosario y Santa Fe. Esta noche, en el estadio cubierto de Newell’s, los albicelestes vencieron a Filipinas 74-71 y quedaron terceros en el grupo D, por lo que este miércoles chocarán con Montenegro en el cruce decisivo en busca de estar en la pelea.
Argentina arrancó el juego muy concentrada en ambos costados de la cancha. Fluidas ofensivas, encontrando el mejor tiro donde Fernández (8 puntos) y Paz fueron preponderantes en ese rubro aportando gol en varios pasajes del primer período. En defensa les cerró varios caminos a los asiáticos, y la única carta de gol de estos era apostar por el tiro de tres puntos. Sólida ventaja al cabo de los primeros diez minutos, donde los locales se fueron ganando 20-13.
En el segundo cuarto, los dirigidos por Lifschitz siguieron dominando el ritmo de juego en el inicio, donde se destacó el ingreso del base subrogante Gastón Bertona, dándole frescura y gol al ataque albiceleste. Filipinas apelaba al tiro desde los 6,75 como casi única arma ofensiva en gran parte del parcial. Pero en el epílogo de este segmento, el equipo nacional volvió a entrar en un pronunciado bache como le viene pasando durante todo el Mundial y se quedó sin gol por largos minutos. A pesar de esto, pudieron terminar al frente la primera mitad por cuatro (36-32), pero el combinado asiático pudo meterse en partido achicando la brecha en comparación al primer período.
Argentina logró aumentar la diferencia obtenida en la primera mitad siendo fuerte en ataque aunque con algunas imprecisiones aunque luego de unos minutos y con errores en ataque, Filipinas logró recortar la diferencia a 6 (48-42) gracias a los tiros libres del jugador más alto del torneo: Kai Zotto quién, hasta el momento cosechó un 85% de eficacia en este rubro.
El conjunto nacional entró un una meseta ofensiva y Filipinas con dos triples consecutivos de Padriago y un rebote de Tamayo se adelantó en el marcador por primera vez en el partido, (52-54) obligando a Diego Lifschitz, coach argentino, a pedir un tiempo muerto y reordenar sobre todo el ataque.
Ya en el último cuarto y a base de triples, Filipinas retomó el liderazgo del partido debido a las manos de Terrence Fortea. La paridad del partido se reflejaba en la alternancia del resultado hasta que apareció Mateo Díaz, jugador clave de este último parcial tanto en ataque (5 puntos) como en defensa, recuperando pelotas y organizando la ofensiva junto con Ezequiel Paz. Lo más emocionante quedó para el final, donde los chicos locales no tuvieron efectivos desde la línea y eso permitió que Filipinas se acerque en el marcador. Los últimos segundos estuvieron plagados de malas decisiones por ambos lados llegando al último tiro del pívot Sotto de tres puntos que para alegría de todo el público no entró.
Victoria más que sufrida y angustiosa de la selección por 74 a 71, cerrando así la fase de grupos con un registro de un éxito y dos caídas. Juan Fernández fue el máximo anotador con 15 puntos, seguido de Ezequiel Paz quién convirtió 11. Por el lado de los perdedores, Gerry Abadiano terminó con 17 unidades. Mañana Argentina se medirá contra Montenegro y Filipinas hará lo propio contra Canadá, por un lugar en los cuartos de final.