Suecia ganó el oro olímpico tras un desempate con los Estados Unidos y tercero fue Bélgica que obtuvo la presea de bronce
El equipo argentino, integrado por los jinetes Fabián Sejanes, Martín Dopazo y Matías Albarracín, se ubicó en el séptimo puesto con un tiempo de 263 segundos y 07/100 (dos segundos y 37/100 mejor que la clasificación), y ganó diploma olímpico, en la final de la prueba de salto por equipos en equitación de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Suecia ganó el oro olímpico tras un desempate con los Estados Unidos y tercero fue Bélgica que obtuvo la presea de bronce. Los suecos culminaron el desempate con un tiempo de 122seg.90/100 contra 124seg.120/100 de los estadounidenses, ambos sin infracciones.
En cuanto al desempeño de la Argentina, Sejanes fue el primero del equipo en saltar con el caballo Emir y estableció un tiempo de 89 segundos 84/100 con 14 faltas, luego lo hizo Dopazo con (Quintino 9) con 85seg 45/100 y 13 faltas, culminando Albaracín (Cannavaro 9) con 87seg 88/100 y 20 infracciones.
El equipo argentino se vio beneficiado al quedar eliminados de la competencia Francia, Alemania y Gran Bretaña, logrando el mejor resultado de la Argentina en equitación desde el título alcanzado por el militar Carlos Alberto Moratorio en salto individual en Tokio 1964.
Sejanes, quien vive en México, expresó ante la prensa argentina en Tokio su conformidad por haber llegado a este nivel de competición al decir «Es la primera vez que un equipo argentino llega a una final, siempre uno quiere más y más, pero el recorrido fue muy duro y cometí una falta más de lo esperado».
Por su parte Dopazo se mostró conforme y realista en cuanto a lo hecho por la Argentina: «Estamos contentos porque cumplimos con el objetivo de estar entre lo 10 primeros, es casi imposible pelear por una medalla, los otros son equipos muy buenos y se pudo hacer un digno papel».
Albarracín, que ganó su segundo diploma tras ser octavo en salto individual en Río 2016, no quedó conforme con su tarea: «Estoy con bronca quise hacer yo más cosa que el caballo (Cananvaro 9) y debí haber confiado más en él en vez de agregarle cosas a mi recorrido, no tengo excusas. Pero hay que dar vuelta la página y ya pienso en París 2024».