Como en la mayoría de las crisis, los países más pobres del mundo terminaron siendo los más afectados. Muchos de ellos, que ya se encuentran en situación de sobreendeudamiento, deben enfrentar una escasez de recursos aún mayor. 

Se dan casos como el del trabajo esporádico en línea, que es un aspecto esencial del mercado laboral y una fuente de ingresos, pero al que accede una minoría.

Y también pesa en la ponderación negativa la crisis actual de los refugiados. 

Las políticas migratorias mejoradas no solo pueden ayudar a aliviar la crisis; también pueden impulsar el crecimiento económico y la prosperidad.

Pero estas policrisis han complicado más la labor de desarrollo, señala el reporte.

En Argentina

El aumento comparativo de la desigualdad en Argentina, respecto del concierto de los otros países, se aprecia internamente en la evolución que tuvo la Distribución del Ingreso correspondiente al primer trimestre de este año.

El ingreso medio per cápita familiar para el total de la población fue de $79.007, donde el imás bajo alcanzó los $28.356, el medio $70.100  y el más alto, $198.245.

En promedio, cada hogar contó con $79.000 por mes por cada integrante durante el 1T-23.

No solo es un nivel bajo de ingreso (no llega a representar 1,5 canasta básica un adulto equivalente), sino que además resulta casi 2% menor que un año atrás en términos reales.

En la propia Ciudad de Buenos Aires las diferencias de los ingresos de la población son acentuadas: en la zona Norte, 93,5% superiores a zona Sur, según los datos del cuarto trimestre de 2023 elaborados por la Dirección de Estadística y Censos porteña.

A su vez, durante el año pasado los hogares de la zona Sur tuvieron una caída de ingresos en relación con la inflación superior a los de la zona Norte, a la vez que se acentuó la desigualdad.